"Por la gracia de Dios, me mantuve con vida para hacer algo bueno. Volveré y garantizaré justicia para todos ustedes", dijo Hasina anoche en una videoconferencia junto a las viudas de cuatro policías muertos en las protestas que precipitaron su caída, según el canal de televisión indio NDTV.
La ex mandataria se encuentra en Nueva Delhi desde el pasado 5 de agosto, donde ha mantenido un perfil bajo y reducido al máximo sus intervenciones. Su vuelta a Bangladés supondría seguramente su detención por las decenas de órdenes de arresto por cargos -algunos de ellos por crímenes contra la humanidad- que pesan en su contra.
Daca ha solicitado formalmente a Nueva Delhi la extradición de Hasina para ser juzgada.
La ex líder de Bangladés, que ejerció el poder de manera ininterrumpida entre 2009 y 2024, afirmó que los nuevos gobernantes de este país asiático "están destruyendo Bangladés", según el canal de televisión NDTV.
Hasina llamó "mafioso" a Yunus y acusó al Gobierno provisional de haber usurpado el país, reportó el mismo medio
"Las violaciones de los derechos humanos durante su mandato (el de Yunus) no tienen precedentes. Tenemos que asegurarnos de que el pueblo lo saque del poder", añadió la ex primera ministra de la Liga Awami.
Hasina abandonó el poder tras semanas de protestas antigubernamentales acontecidas entre julio y agosto del año pasado, inicialmente pacíficas y protagonizadas por un grupo de estudiantes que demandaba el fin de una polémica política de cuotas de empleo para hijos de ex combatientes en la llamada guerra de liberación de Bangladés de 1971.
Finalmente, las fuerzas de seguridad comandadas por Hasina reprimieron las protestas y se produjeron choques violentos.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos cifró en un reciente informe que 1.400 personas fueron asesinadas en el período de movilizaciones antigubernamentales.
La ONU indició que el Gobierno de Hasina, los cuerpos de seguridad y servicios de inteligencia, así como grupos violentos asociados al partido de la ex mandataria, perpetraron graves violaciones de derechos humanos que podrían constituir crímenes contra la humanidad.
Sobre la ex primera ministra bangladesí y algunos de sus aliados más cercanos pesan varias órdenes de arresto en su país, algunas por haber cometido presuntamente crímenes contra la humanidad durante la represión de las protestas.
Las acusaciones sobre la "dama de hierro" también incluyen cargos de asesinato, tortura, secuestro, desapariciones forzadas y genocidio.
En Daca, el Gobierno de Yunus intenta conseguir la vuelta de Hasina a Bangladés o que la India la extradite, algo que solicitó formalmente el pasado 23 de diciembre de 2024.