La Fuerza Aérea y otras unidades del Ejército ucraniano, entre ellas de guerra electrónica, grupos de fuego móvil y de defensa antimisiles, derribaron 63 drones 'Shahed', de fabricación iraní, en un ataque en el que Rusia empleó un total de 79 de esos sistemas y otros vehículos aéreos no tripulados.
Las fuerzas ucranianas perdieron la pista de 16 de esos drones lanzados por Rusia sin registrar consecuencias negativas.
Esos drones fueron interceptados sobre las regiones de Járkov, Poltava, Dnipró y Zaporiyia (este); Sumi y Kiev (norte); Cherkasi y Kirovogrado (centro); Zhitómir, Vínnitsa, y Jmelnitski (oeste) y Jersón y Nicolaiev (sur).