Tras el acuerdo del viernes entre el bloque conservador, ganador de las últimas elecciones generales y el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, la votación de los diputados es un mero trámite, pero es un cambio histórico para la mayor economía europea.
"Alemania se distancia de la idea de que no puede haber endeudamiento", porque "se ha aceptado que las deudas pueden financiar inversiones y se ha aceptado que debe haber rápido gasto en defensa que no se debe financiar con impuestos o ahorro", dijo a EFE Hubertus Bardt, economista del Instituto para la Economía de Alemania (IW, por sus siglas alemanas).
A su entender, el acuerdo entre conservadores, socialdemócratas y ecologistas supone un giro en la forma en la que tradicionalmente se ha gobernado en Alemania, país asociado a la austeridad económica por evitar el endeudamiento, hasta el punto que en 2009 introdujo en la Constitución el "freno de la deuda".
Esa disposición limitaba el endeudamiento al 0,35 % del PIB al Gobierno federal mientras que a los estados federados se les impedía tener déficit.
Las reformas que votarán el martes los diputados, entre otras cosas, liberan de límite alguno el gasto en defensa que supere el 1 % del PIB (unos 43.000 millones de euros), permitirán la creación de un fondo para infraestructuras y la protección del clima de 500.000 millones de euros además de ofrecer posibilidades de endeudamiento a las administraciones regionales.
La CDU rompe con la austeridad
Según dijo a EFE Tim Lohse, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas para la Economía y el Derecho de Berlín, es paradójico que esas reformas las impulse el canciller virtual Friedrich Merz, líder de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), una formación que junto a la hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU) cuenta con una identidad política arraigada en la disciplina fiscal y el rigor presupuestario.
"La CDU era el partido que tenía ministros de Finanzas como Wolfgang Schäuble que defendían no permitía las deudas en su gestión", recordó Lohse en alusión al que fuera responsable de la cartera de Hacienda durante ocho años, incluida la crisis del euro, en la que Alemania se opuso al endeudamiento común en Europa para rescatar a los países endeudados.
En la CDU de Merz son ahora apenas un puñado los diputados que se han rebelado ante unos planes de endeudamiento ya calificado por los más críticos como un "cheque en blanco".
"Rebeldes" en la CDU
Entre ellos figura Mario Czaja, diputado secretario general de la CDU entre 2022 y 2023, quien dijo a la plataforma mediática 'The Pioneer' que los cristianodemócratas, antes de embarcarse en las reformas para el endeudamiento, deberían "desmantelar el hinchado aparato estatal" actual.
Jens Koepen, también diputado cristianodemócrata, ha dicho que no participará en la sesión extraordinaria de la Cámara Baja del martes, mientras que Hans-Jürgen Tiers, que también ocupa un escaño de la fracción de la CDU/CSU, ha dicho sentirse "deslegitimado" ante el acuerdo de Merz con SPD y Los Verdes.
Casi en la misma línea de los llamados "rebeldes" de la CDU que no apoyarán las reformas constitucionales el martes, hay relevantes expertos que han expresado sus dudas sobre el paso que prepara a dar la Cámara Baja del Parlamento, como Veronika Grimm, integrante del Consejo Alemán de Expertos Económicos o "cinco sabios", un órgano independiente que asesora al Gobierno germano.
Dudas de los economistas
Grimm alertó de que los planes de Merz y compañía darán lugar a una espiral de deudas, dado que el Estado prestará unos servicios que sólo se podrán "financiar a largo plazo con mayor endeudamiento", según recogió el diario 'Bild'.
"Si se necesita más margen fiscal, el modo más transparente para conseguir recursos es subir los impuestos, algo que afecta a todos hoy, mientras que las deudas no se notan hoy pero los costes de esas deudas están en el futuro", apuntó Lohse.
Por su parte, el instituto Ifo, en una reciente encuesta entre más de 200 profesores de economía alemanes, dio cuenta de que hasta el 68 % de esos expertos estaba a favor de aligerar las posibilidades de endeudamiento para financiar el rearme dadas las necesidades armamentísticas del país.
Para ellos, en lugar de endeudamiento para infraestructuras, resultaba más importante realizar reformas estructurales, como la supresión de "la burocracia" o "subvenciones ineficientes".