"En un mundo que a veces se está haciendo más fragmentado, dónde hay muchos riesgos geopolíticos, un instrumento como el euro digital para el sistema de pagos es algo que será muy útil", dijo en una conferencia organizada por el Instituto de Finanzas Internacionales.
El euro digital "sería una extensión de los billetes" de euro que llevan los europeos en su bolsillo que permitiría hacer pagos en línea, pero no sería un instrumento de inversión que genere intereses, recordó el vicepresidente comunitario sobre la divisa digital en la que trabaja el BCE desde hace años.
Además, subrayó que en este momento "la relevancia geopolítica del euro digital para Europa está al alza" y este "es más necesario que nunca", haciéndose eco del mensaje que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, lanzó también la semana pasada ante el Parlamento Europeo, al que urgió a aprobar la legislación necesaria para poner en marcha la divisa digital.
Lagarde destacó entonces la importancia de este instrumento ante el giro de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, hacia un apoyo decidido a las monedas estables y las criptodivisas y la dependencia europea de proveedores de terceros países para sus servicios de pago en línea, que genera una vulnerabilidad al bloque.
De Guindos añadió también hoy que el BCE analizará las implicaciones de estabilidad financiera que podría tener el euro digital para "minimizar el potencial impacto perjudicial" de esta divisa en este sentido.
El riesgo de este impacto negativo se produciría si los ciudadanos optan por tener su dinero en euros digitales en lugar de en depósitos bancarios, lo que podría afectar a la liquidez de las entidades financieras y su resiliencia en general. Para paliarlo, el BCE contempla, entre otras medidas, limitar la tenencia de euros digitales por persona.