El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que opera en la semiclandestinidad y se declara la autoridad legítima de Birmania tras el golpe militar de 2021, dijo hoy en su cuenta de X que las fuerzas armadas han bombardeado once zonas del país desde el viernes hasta el 30 de marzo, dejando un total de 10 fallecidos.
Los bombardeos militares continúan pese a que el Ejército declaró el estado de emergencia en seis áreas el viernes, tras el fuerte terremoto con epicentro en el centro-norte que ha dejado ya alrededor de 1.700 muertos, según el régimen castrense.
Por su parte, medios locales independientes como la agencia de noticias Mizzima suben la cifra a 3.000 fallecidos, con datos recabados por su cuenta, y denuncian que la ayuda por parte del régimen castrense es insuficiente.
El epicentro del terremoto tuvo lugar en la región de Sagaing, uno de los feudos rebeldes en los que guerrillas étnicas y prodemocráticas han ganado terreno al Ejército desde el golpe, que puso fin a una década de transición democrática liderada por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, detenida desde entonces.
La situación tras el terremoto en Sagaing es incierta. La Cruz Roja de Birmania subrayó la víspera que alrededor del 70 % de la municipalidad, de unos 300.000 habitantes, ha quedado destruida.
La región también acoge a un tercio del total de desplazados por el conflicto en Birmania, alrededor de 1,2 millones (del total de 3,5 millones), según la ONU.
El NUG, que pidió el sábado una tregua de dos semanas en las zonas afectadas para facilitar las tareas de rescate, señaló ese día que el Ejército había continuado bombardeando Sagaing y otras zonas afectadas por el sismo.
Birmania se encuentra en una espiral de crisis económica y conflicto desde el golpe militar, lo que empeora el acceso y al distribución de ayuda humanitaria.