El anuncio se produjo tras el escaso seguimiento de las manifestaciones convocadas por Geza para forzar la dimisión de Mnangagwa el lunes, ya que muchos ciudadanos prefirieron mantenerse al margen ante la fuerte presencia de las fuerzas de seguridad.
Así, en un vídeo difundido en sus redes sociales a última hora del lunes, el veterano de guerra zimbabuense denunció que había recibido informes de inteligencia que sugerían que el comandante Sean Mnangagwa, hijo del presidente, planeaba colocar bombas en lugares estratégicos y luego culparle de los atentados.
“He decidido suspender las protestas (...) al enterarme por fuentes de inteligencia de que el comandante Sean Mnangagwa planea colocar bombas en determinados objetivos y señalarme como terrorista”, dijo.
Durante las protestas que se desarrollaron el lunes, la mayoría de los negocios y escuelas de la capital, Harare, así como de Bulawayo, la segunda ciudad más grande del país, y otras localidades, permanecieron cerrados mientras un gran número de policías patrullaba las calles vacías.
Los ciudadanos que salieron a manifestarse se encontraron con la represión policial, que lanzó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud.
“Hemos visto que Emmerson (Mnangagwa) está utilizando a la Policía para infundir un miedo extremo en el público en lugar de comprometerse con el diálogo o, mejor aún, simplemente renunciar”, denunció Geza en el vídeo difundido.
“Sé que la protesta ha sido bloqueada, pero quiero dejar claro que la lucha continúa”, añadió.
Geza, quien se encuentra oculto y es buscado por la Policía por incitar a la violencia y socavar la autoridad del presidente, entre otros cargos, acusa a Mnangagwa de promover la corrupción y el nepotismo, y de no haber logrado reactivar la debilitada economía nacional.
El convocante, expulsado a principio de mes de la ejecutiva de la ZANU-PF tras ser acusado de indisciplina por sus diatribas contra el jefe del Estado, podría haberse refugiado en uno de los cuarteles del Ejército, mientras publica mensajes en redes sociales con uniforme militar, según otros veteranos de guerra.
Su casa de campo en la zona de Sanyati, en la provincia de Mashonalandia Occidental (norte), fue atacada con bombas incendiarias y arrasada hace dos días por presuntos agentes estatales.
Geza tiene vínculos con una facción del partido alineada con el vicepresidente de Zimbabue, Constantino Chiwenga, considerado como un posible sucesor de Mnangagwa, cuyo segundo mandato vence en 2028.
Sin embargo, la ZANU-PF aprobó en octubre pasado una polémica resolución para enmendar la Constitución que podría extender el mandato del presidente dos años, hasta 2030, aunque no concretó la manera de ejecutar esa modificación.
Los partidarios de Chiwenga consideran ese movimiento como un intento de marginar al vicepresidente en una eventual carrera por la sucesión.
Mnangagwa, de 82 años, llegó al poder en 2017 tras el golpe militar que derrocó al ya fallecido Robert Mugabe, quien había ocupado la Presidencia desde 1987.
El presidente logró un primer mandato en las disputadas elecciones de 2018 y fue reelegido en los también polémicos comicios de 2023, después de que la oposición cuestionara los resultados en ambas votaciones.