La declaración de la expresentadora de la cadena Fuji TV, cuya identidad no ha sido publicitada, fue distribuida por sus abogados un día después de que una investigación independiente sobre lo ocurrido concluyera que existió agresión y que la gestión que hizo la entonces directiva equivalió a una victimización secundaria.
"El daño que sufrí nunca desaparecerá y lo que he perdido nunca regresará. Espero sinceramente que este tipo de comportamientos desaparezcan no sólo de los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, sino de la sociedad en su conjunto", dijo la mujer en su comentario, publicado por la cadena pública NHK.
En su mensaje, agradece el trabajo de los miembros del comité independiente para investigar los hechos "en un período de tiempo muy breve y dadas las limitaciones para recopilar información de las partes involucradas debido a las obligaciones de confidencialidad" del acuerdo extrajudicial al que llegó con su agresor.
El escándalo envuelve a Masahiro Nakai, uno de los presentadores estrella de Fuji TV y famoso excantante, retirado a raíz del caso, que salió a la luz el pasado diciembre cuando un semanario informó del incidente, acontecido en junio de 2023, y de la existencia de un acuerdo extrajudicial por valor de 90 millones de yenes (unos 560.000 euros), una cantidad inusualmente alta en el país.
Los detalles de lo ocurrido, que tuvo lugar después de que la mujer acudiera a una cena con Nakai pensando que el encuentro era estrictamente laboral, siguen sin conocerse.
Según informaciones publicadas por la prensa amarillista nipona, la organización de eventos similares entre mujeres empleadas de la cadena y figuras como Nakai era una práctica habitual en la cadena.
Fuji TV se ha visto envuelta en el escándalo principalmente por su gestión del caso, que llevó a multitud de anunciantes a retirar su publicidad de la cadena, incluido el Gobierno.
La directiva no compartió los detalles del incidente, pese a que algunas personas eran conocedoras, incluido su entonces presidente, Koichi Minato, y permitió que Nakai continuara apareciendo en sus programas durante un año y medio tras lo sucedido.
"Desde que el caso fue reportado (...), he sido objeto de una serie de acusaciones falsas y calumnias terribles en línea, así que, para ser honestos, sentí alivio cuando el informe de investigación del comité de terceros se hizo público", añade la mujer.
El informe sostiene que lo sucedido entre Nakai y la presentadora puede reconocerse como agresión sexual porque ocurrió en el entorno laboral y que la decisión de la cadena de permitir que la estrella continuara con sus apariciones en programas "privó a la mujer de un trabajo al que quería regresar y fue beneficioso para Nakai, lo que equivale a una victimización secundaria".
La mujer dijo que gracias al informe conoció detalles de la gestión desconocidos para ella hasta ahora, entre ellos los mensajes intercambiados por Nakai y el dirección de programación tras lo sucedido, y la respuesta del entonces presidente, lo que la dejó "una vez más con un sentimiento de impotencia".
En declaraciones a NHK, el abogado de la mujer declaró: "Me imagino que fue muy difícil para ella responder a la investigación del comité independiente, pero hizo todo lo posible por controlar sus emociones y hablar con calma. Como su representante, me gustaría seguir apoyándola en su camino hacia una nueva vida".