El abogado del aristócrata informó al medio local VTM Nieuws sobre la decisión de la corte desfavorable para el príncipe, de 61 años, quien percibe una dotación anual de 380.000 euros de dinero público por sus tareas de representación vinculadas a la Casa Real.
El hermano menor del rey Felipe de los belgas ejerce además actividades empresariales pero no dispone de seguro social, ni tampoco su esposa, la princesa Claire, ni sus tres hijos disponen de acceso a la seguridad social, que incluye atención médica, seguro de enfermedad y pensión.
En mayo de 2024, Lorenzo -Laurent, en su grafía original- llevó su situación laboral ante un tribunal laboral francófono de Bruselas, donde citó a la Unión de Clases Medias (UCM), que representa a los trabajadores independientes, y al Instituto Nacional de Seguros Sociales para Trabajadores (Inasti), por haber rechazado su solicitud de registro como autónomo.
"Mi esposa aún no tiene derecho a nada (...). Parezco alguien que nunca está contento y que siempre tiene problemas, pero en realidad lucho por derechos elementales", había declarado meses antes al diario Sudpresse.
El tribunal confirmó este lunes que el príncipe no puede acceder a la seguridad social, pero invitó al poder legislativo facilitar que el aristócrata tenga derecho a pensión.
El periódico flamenco Het Laatste Nieuws señaló que el príncipe Lorenzo, de 61 años, ha dicho estar "satisfecho" con la declaración de la corte.
No es extraño que el príncipe Lorenzo acabe en el foco de los medios belgas, ya sea por sus declaraciones o por su comportamiento.
Hace año y medio calificó la monarquía de "estructura medieval" que no ha sabido adaptarse "suficientemente" y dijo no entender por qué un país debe "tener siempre una figura así por encima de la sociedad: un presidente, un primer ministro, un rey".
Un año antes, con motivo del funeral de la reina Isabel II de Inglaterra, el príncipe criticó que no hubiera sido invitado a las exequias en el país vecino cuando "tanta gente común está ahí, supuestos funcionarios que se creen importantes y gente con ambición desmedida", en una situación que calificó de "vergüenza".
Las polémicas de Lorenzo de Bélgica llevaron a que su padre, el rey Alberto II, primero, y su hermano el rey Felipe, después, suspendieran su agenda como representante del país.
Entre otros, el hijo pequeño de la reina Paola protagonizó un escándalo al reunirse con el hijo del entonces dictador libio Muamar el Gadafi en 2007 y 200.
También al participar sin autorización en un acto en la embajada de China en Bélgica en 2017 que le costó una sanción financiera de 47.000 euros sobre los más de 300.000 euros a los que ascendía entonces su dotación por ser parte de la familia real.