El pasado 25 de marzo los agentes acudieron al establecimiento, ubicado en el barrio de Usera, donde hay una gran concentración de población china y numerosos establecimientos de comida de ese país.
Según informaron a EFE fuentes del cuerpo, en el local inspeccionado los agentes comprobaron que se servían comidas en condiciones de insalubridad.
En la cocina hallaron ocho congeladores con carnes y pescados sin etiquetado, trazabilidad ni fecha de control, y tampoco termómetros para determinar la temperatura.
En el cuarto de basuras había un contenedor de plástico abierto con 100 litros de grasa dentro y una vitrina refrigeradora con berberechos, dátiles, holoturias o pepinos de mar, y en la cocina se encontraban palomas, patos, envases de aditivos y colorantes alimentarios y bolsas con plantas.
Por estos motivos, los servicios sanitarios municipales clausuraron el restaurante y la Policía Municipal investiga al dueño como presunto autor de un delito contra la salud pública y otro contra la fauna y la flora.