"Cualquier partido que no firme el código de conducta no participará en las elecciones generales", declaró Ramadhani Kailima, director de elecciones de la Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC, en inglés), según recogieron medios locales.
Kailima hizo este anunció el sábado, tras la ceremonia oficial de firma del citado código en la capital del país, Dodoma, dos días después de que el presidente de Chadema, Tundu Lissu, fuera acusado el jueves por la Fiscalía del delito de traición, entre otros cargos.
En una audiencia celebrada en la ciudad de Dar es Salam, centro comercial del país, el fiscal Nassoro Katuga presentó esa acusación contra Lissu porque, el pasado día 3 en esa misma urbe, el político "formuló la intención de instigar al público a obstruir las elecciones generales de Tanzania de 2025 y manifestó dicha intención intimidando al Ejecutivo de la República Unida de Tanzania".
Ese delito puede ser castigado con hasta pena de muerte en este país de África del Este.
Lissu fue arrestado por la Policía el miércoles después de finalizar su discurso en un mitin en la ciudad de Mbinga, en el suroeste de Tanzania.
Su partido denunció que la Policía recurrió al uso de gases lacrimógenos, munición real y agresiones físicas contra los ciudadanos para dispersar a los miembros de la formación que se habían congregado “pacíficamente” en el mitin.
Lissu fue elegido presidente de Chadema el pasado enero, meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas previstas para octubre próximo, ante las que el partido ha pedido que se reforma el sistema electoral.
Chadema eligió a su nuevo líder unos días después de que el gobernante Partido de la Revolución (CCM) nombrara a la presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, como candidata para los comicios, que supondrán su primera prueba en las urnas tras acceder al cargo en 2021 después de la repentina muerte de su antecesor, John Magufuli.
Grupos pro derechos humanos y sectores de la oposición han denunciado una ola de represión y detenciones de disidentes en el último año en Tanzania, a pesar de las reformas que Hassan impulsó inicialmente para contrarrestar las severas restricciones a la libertad de expresión impuestas por Magufuli.
El pasado enero, la periodista y activista tanzana de derechos humanos Maria Sarungi Tsehai, una de las voces más críticas contra el Gobierno, fue secuestrada en Nairobi y liberada pocas horas después.
En septiembre pasado, Lissu y el exlíder de Chadema, Freeman Mbowe, fueron arrestados antes de unas protestas convocadas para denunciar secuestros y asesinatos de miembros del partido, en las que también fueron detenidas al menos otras 51 personas, incluyendo militantes opositores y seis periodistas.
Estas acciones contra la oposición hacen temer a las ONG pro derechos humanos y la oposición un regreso a las políticas represivas de Magufuli.
El CCM y su antecesor, la Unión Nacional Africana de Tanganica (TANU, en inglés), han ocupado el poder desde la independencia del país en 1961.