Aunque sólo tres personas están siendo juzgadas por el Tribunal de Pristina, hay otros 42 acusados, incluido el supuesto líder del ataque, Milan Radoičić, que están en Serbia, adonde huyeron tras el asalto, informa la emisora TV Klan Kosova.
Los acusados están acusados de cometer un atentado terrorista y de intentar, por medios violentos, anexionar el norte de Kosovo a Serbia.
Kosovo declaró en 2008 de forma unilateral su independencia de Serbia, algo que no reconoce ni el Gobierno serbio ni la mayoría de la comunidad serbokosovar.
El 30 de septiembre de 2023, un grupo de 30 personas fuertemente armadas, ciudadanos de Serbia o de la minoría serbia de Kosovo, tendieron una emboscada a una patrulla policial en la localidad de Banjska, en el norte de esa ex provincia serbia.
Tras matar a un agente el grupo se atrincheró en un monasterio ortodoxo y se enfrentaron a tiros con la policía kosovar, que abatió a cuatro de ellos.
El ataque incrementó la tensión entre Kosovo y Serbia. El Gobierno kosovar acusó al serbio de apoyar a los atacantes y Belgrado reiteró su denuncia de que los serbios de Kosovo viven oprimidos por las autoridades de la ex provincia, donde la mayoría de la población de albanesa étnica.
El liderazgo del ataque fue asumido por Radoicic, que fue vicepresidente del principal partido serbio de Kosovo y un cercano colaborador del presidente serbio, el nacionalista Aleksandar Vucic.
Radoicic fue detenido e interrogado por las autoridades serbias pero luego puesto en libertad.
La Fiscalía serbia ha desestimado la acusación de la Justicia kosovar dado que Serbia no reconoce la independencia de Kosovo y considera que no tiene jurisdicción sobre el caso.