Anwar se reunió con la primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra, y se espera que mantenga un encuentro en privado con Min Aung Hlaing, según pudo saber EFE, si bien el Ministerio de Exteriores de Tailandia rehusó confirmarlo.
Según dijo el propio Anwar el lunes, en su reunión solicitará al general birmano que amplíe el cese al fuego declarado en su país tras el terremoto de magnitud 7,7 del 28 de marzo, que dejó más de 3.600 muertos.
El cese de las hostilidades expira el 22 de abril.
Aunque el régimen castrense anunció el 2 de abril este pacto temporal para facilitar la llegada y reparto de ayuda humanitaria a las zonas más devastadas, Naciones Unidas denuncia que el Ejército continuó con sus ataques contra zonas de guerrillas de minorías étnicas y promodemocráticas.
Los medios al servicio de la junta no han publicado información sobre la reunión, mientras que la agencia estatal malasia Bernama indicó hoy que Anwar viajó a la capital tailandesa junto al enviado especial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) para Birmania, Tan Sri Otham Hashim.
El miércoles varias guerrillas y la oposición prodemocracia birmana criticaron la reunión, subrayando que Min Aung Hlaing "es responsable de la matanza diaria de civiles inocentes, incluso durante el tradicionalmente pacífico Año Nuevo birmano (entre el 13 y 16 de abril)", en un comunicado firmado por ocho grupos, incluido el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que se declara la autoridad legítima del país.
Si bien Anwar pareció indicar el lunes que la reunión sería en nombre de la ASEAN -en la que Kuala Lumpur ejercer la presidencia temporal-, el Ministerio de Exteriores de Tailandia matizó el miércoles en un grupo con periodistas que la cita es parte del "programa privado" del líder malasio.
El militar ya estuvo en Bangkok a comienzos de abril, tras el terremoto, para asistir a un foro regional, uno de los pocos viajes -a excepción de a países como China y Rusia, socios del régimen- que ha realizado desde la asonada, que puso fin a una década de transición democrática en Birmania y aisló al país internacionalmente.
El golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 mantiene a Birmania sumida en un profundo caos político, económico y social que ha exacerbado los conflictos armados que el país padece desde hace décadas.