Con ello se refería al centenar de camiones que por fin entraron el miércoles en la franja de Gaza, tras superar numerosos obstáculos administrativos, y descargaron básicamente harina para las panaderías, así como suplementos alimentarios y material médico.
La ONU dijo en otras ocasiones que se necesitarían 600 camiones diarios, como era antes de la guerra.
Dujarric recordó que siguen sin entrar en Gaza, y desde hace ya 80 días, comida fresca, artículos de higiene, productos de purificación de agua o combustible para hospitales.
Además, se refirió a los largos procedimientos impuestos por el Ejército israelí para la recepción de la ayuda, que exigen a los agentes humanitarios viajar a través de una zona militarizada por Israel, "y eso significa que nuestros equipos necesitan esperar durante muchas horas (a que terminen) las actividades militares por su propia seguridad y para obtener permiso de las autoridades israelíes y poder continuar".
Reiteró además que Israel no ha acordado todavía un mecanismo regular de entrada humanitaria que pueda garantizar un flujo constante, sino que todo se negocia día a día en lo que comparó con un efecto "cuentagotas".
Con respecto a los eventuales saqueos de la ayuda humanitaria que Israel aduce para multiplicar los controles a esa ayuda, Dujarric dijo que ayer no se produjeron saqueos, y que solo "un pequeño número de camiones fueron interceptados" por los habitantes y forzaron la "autodistribución", algo que justificó por la "ansiedad" producida tras casi tres meses de bloqueo total.