La iniciativa parlamentaria fue presentada por los partidos ultranacionalistas y prorrusos 'Vazrazhdane' (Renacimiento), 'MECH' (Espada) y 'Velichie' (Grandeza), con el argumento de un supuesto fracaso en la política medioambiental y de gestión del agua.
La moción fue rechazada por 131 votos frente a los 83 a favor, sin abstenciones.
El Ejecutivo, integrado por la formación conservadora GERB, el Partido Socialista Búlgaro (BSP) y la formación populista ITN, logró sobrevivir pese a una creciente tensión política.
Esta vez, 17 de los 36 diputados del partido liberal europeísta en la oposición PP-DB apoyaron la moción, motivados por la polémica detención de dos de sus alcaldes -el teniente de alcalde de Sofía y el regidor de Varna, Blagomir Kotsev- acusados de corrupción.
PP-DB denunció estas detenciones como un acto de "represión política", lo que desencadenó protestas en varias ciudades.
Las tres mociones anteriores, impulsadas por los mismos partidos, también fracasaron: una por la política exterior del Ejecutivo, otra por supuesta corrupción y una tercera por la gestión fiscal. Todas fueron rechazadas con amplias mayorías.
Los impulsores de estas mociones se oponen abiertamente al respaldo del Gobierno a Ucrania y a la adopción del euro prevista para el 1 de enero de 2026.
A pesar del desgaste, el Ejecutivo de Zhelyazkov mantiene el control parlamentario, aunque su estabilidad futura dependerá también del apoyo del PP-DB en algunos asuntos, como la agenda proeuropea.