Las emisoras N1, Danas y Nova han emitido imágenes de agentes golpeando a manifestantes antigubernamentales y lanzando gases lacrimógenos contra ellos.
Vučić, por su parte, ha afirmado que 16 policías y 64 civiles sufrieron heridas a manos de los manifestantes, a los que calificó de matones y asesinos.
Vučić prometió "limpiar" de ellos Belgrado, la capital del país, y la ciudad de Novi Sad para evitar, dijo, una "guerra civil", según informa el diario Blic, cercano al Gobierno.
"No habrá clemencia para los matones, gamberros, violentos y abusadores", advirtió.
La protesta de ayer estuvo convocada por los colectivos de universitarios que desde hace nueve meses protagonizan las manifestaciones contra el Gobierno de Vučić, al que acusan de autoritario y corrupto.
Las manifestaciones de ayer fueron organizadas en señal de protesta por la violencia contra los manifestantes en la pequeña ciudad de Vrbas, en el norte del país, el día anterior.
Durante esa marcha, hombres enmascarados, algunos armados con palos, se enfrentaron con los manifestantes antigubernamentales frente a las oficinas del SNS, el partido de Vučić, que domina la política en Serbia desde hace más de diez años.
Durante las protestas de ayer en Belgrado, la Policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes concentrados en distintos puntos, principalmente frente a la sede del partido del Gobierno.
La tensión también se vivió cerca del Parlamento de Serbia, adonde acudió el propio Vučić para saludar a sus partidarios que acampan en un parque cercano para mostrar su apoyo al presidente.
En las calles de Novi Sad, la segunda ciudad del país, se escucharon detonaciones y los partidarios del SNS arrojaron bengalas y material pirotécnico contra los manifestantes, informan distintos medios.
Los disturbios en Novi Sad continuaron hasta altas horas de la noche, y se desconoce el número de manifestantes heridos o detenidos.
Un grupo de universitarios de la ciudad de Nis han publicado un video de la paliza que, aseguran, propinaron agentes de la Gendarmería a un estudiante de Filosofía.
La ola de protestas comenzó tras el derrumbe el pasado 1 de noviembre de una marquesina en la estación de trenes de Novi Sad, que acababa de ser remodelada, en el que murieron 16 personas.
La inicial exigencia de responsabilidades y de transparencia sobre la adjudicación y ejecución de la obra, realizada por empresas chinas, se transformó en una denuncia del autoritarismo del Gobierno, la exigencia de mejoras en el Estado de derecho y de la celebración de elecciones anticipadas.