“Se han realizado amplios esfuerzos para evitar que algo así ocurra (la reimposición de sanciones)”, dijo en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei.
El diplomático afirmó que Teherán tiene “un plan claro” para evitar la reimposición de las sanciones de Naciones Unidas porque “tendría consecuencias negativas” para el país y su maltrecha economía, que sufre una inflación del 40 %.
Las declaraciones de Baghaei se producen cuando Irán y Reino Unido, Francia, Alemania y la Unión Europea (UE) tienen previsto mantener un encuentro hoy en Ginebra para tratar de reconducir las negociaciones nucleares ante la proximidad del ultimátum de los europeos de reimponer las medidas punitivas de la ONU antes de fin de mes.
Conocidos como el E3, estos países europeos forman parte del acuerdo nuclear de 2015 que el estadounidense Donald Trump abandonó en 2018 y tienen la posibilidad de restablecer las sanciones internacionales de Naciones Unidas contra Irán antes del 18 de octubre.
Los europeos han ofrecido a Irán la ampliación de ese plazo si se sienta a negociar su programa nuclear y permite la entrada de inspectores de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Pero Teherán mantiene que el E3 no han cumplido sus compromisos del acuerdo de 2015, que supuso el levantamiento de las sanciones a cambio de limitar su programa nuclear, por lo que no tienen derecho a reimponer sanciones.
Irán paralizó la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras la guerra de los doce días con Israel en junio pasado y los inspectores de la agencia de la ONU han abandonado el país. A la vez las negociaciones con EE.UU. se encuentran detenidas.
Según el último informe del OIEA, publicado a finales del pasado mayo, Irán acumula más de 400 kilos de uranio altamente enriquecido al 60 %, cerca ya del nivel necesario para fabricar bombas atómicas (90 %), que se encuentra en paradero desconocido tras la guerra con Israel.