En la nueva edición de su informe semestral sobre el panorama económico de la región, llamado 'Africa's Pulse' ('El pulso de África'), el BM anticipa que las economías subsaharianas se acelerarán todavía más entre 2026 y 2027, hasta alcanzar una media anual del 4,4 %, ligeramente por encima de la predicción anterior de un 4,3 %.
Según el documento, se trata de una mejora generalizada en la región, donde el BM ha revisado al alza las perspectivas de crecimiento de 30 de sus 47 países.
Entre ellos, destacan importantes economías como Etiopía (con un aumento de 0,7 puntos porcentuales), Nigeria (0,6) y Costa de Marfil (0,5).
Estas previsiones se deben a la estabilización de los tipos de cambio y las tasas de inflación, lo que ha dado margen para recortar los tipos de interés y "flexibilizar" la política monetaria, impulsando el poder adquisitivo de los hogares.
Después de alcanzar un máximo del 9,3 % en 2022, la tasa de inflación media de la región bajó hasta un 4,5 % en 2024, y se espera que se estabilice entre un 3,9 % y un 4 % entre 2026 y 2027.
"Estas condiciones favorables están impulsando la recuperación del consumo privado y la inversión", destacó el BM, si bien alertó de que "los esfuerzos de consolidación fiscal en curso pueden seguir lastrando la actividad económica en general, moderando el ritmo de recuperación de algunas economías".
En un contexto marcado por la guerra comercial impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el BM señaló que, "debido a su relativamente baja exposición comercial a EE.UU., los países de África subsahariana están bien posicionados para afrontar el impacto del aumento de los aranceles estadounidenses".
"No obstante, la incertidumbre en torno a la implementación y la duración de las medidas comerciales sigue siendo elevada", lo que, sumado al "bajo apetito inversor mundial y a la escasez de financiación externa" podría limitar también el crecimiento.
El BM publicó su informe después del vencimiento la pasada semana de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA, en inglés), de la que se beneficiaban una treintena de países africanos con acceso preferente al mercado estadounidense.
A pesar de estas perspectivas positivas, persiste un riesgo elevado de sobreendeudamiento en la región: el número de países subsaharianos con ese problema o en riesgo de caer en él casi se ha triplicado -de ocho en 2014 a 23 en 2025-, lo que representa el 49 %.
Los altos intereses de la deuda hacen que "los déficits presupuestarios de manera general sigan siendo elevados (...), lo que obliga a los gobiernos a desviar fondos de servicios públicos esenciales", como sanidad o educación, subrayó el informe.
África subsahariana también afronta desafíos para la creación de empleo en una región donde se espera que 620 millones de personas se sumen a la fuerza de trabajo en los próximos 25 años, pero donde el mercado laboral está dominado por empleos informales que no facilitan el crecimiento de ingresos y la mejora de la movilidad social.
"África subsahariana -concluye el BM- necesita un nuevo modelo de crecimiento basado en las medianas y grandes empresas, que son motores fundamentales de la productividad y la creación de empleo".