Los católicos presentes aprovecharon el plantón para entregar una carta dirigida al alcalde para expresar su descontento con lo ocurrido.
José Ignacio Gómez, director de la organización Tradición y Acción, una de las que organizó la manifestación, tachó la representación teatral como una "ofensa pública" contra la fe católica.
Además, aseguró que, aunque la capilla lleva treinta años desacralizada, el espacio sigue representando "la fe católica de San Francisco de Quito". Por ello, solicitó al alcalde que pida disculpas públicas, que se repare esa ofensa cometida y que no se vuelva a realizar un acto así.
Durante aproximadamente una hora, los presentes, que en su mayoría eran adultos mayores, rezaron varias oraciones y también se arrodillaron frente al edificio municipal.
Además, portaron carteles con frases como 'De Dios nadie se burla', cruces, rosarios e incluso la estatua de la Virgen María.
Óscar López, de la misma organización, señaló que un espacio de "esa magnitud no puede ser prestado para eventos de este tipo" y añadió que estos actos no deberían "ser representados en público por lo ofensivos que son".
Por su parte, Felipe León, otro organizador, pidió la expulsión del secretario de cultura de la Alcaldía y recalcó que "la gran mayoría de los quiteños", sin importar la ideología política, practican la fe católica.
La polémica nació después de que la obra 'Aristócratas: Crónicas de una marica incómoda', inspirada en el universo del escritor y activista chileno Pedro Lemebel, se presentó el pasado sábado en la capilla desacralizada del antiguo Hospital San Juan de Dios de Quito, hoy Museo de la Ciudad.
El montaje, que contó con la autorización del Municipio y fue impulsado por el colectivo Up Zurdas, causó rechazo en grupos católicos. El arzobispo de Quito y primado de Ecuador, Alfredo José Espinoza, criticó la obra e indicó que "toda expresión artística o no está llamada a respetar los derechos y deberes, la fe y las costumbres" de los fieles.
El alcalde Muñoz señaló el martes que aunque él no fue el responsable directo de lo sucedido ofrecía disculpas por las molestias que se generaron en el ambiente católico.