El portavoz del Ejército de Tailandia, Winthai Suvaree, confirmó en una declaración televisada que siete personas sufrieron lesiones en el país por ataques que atribuyó a militares camboyanos, y adelantó que este número podría subir "a medida que se actualicen los informes".
Asimismo, indicó que han acelerado el desalojo de civiles en cinco provincias fronterizas, en las que el Ministerio de Educación también ordenó hoy el cierre de 641 escuelas para "preservar la seguridad de alumnos y docentes".
Las fuerzas armadas tailandesas lanzaron hoy ataques aéreos contra Camboya, tras acusar desde el domingo al país vecino de numerosos ataques en la zona limítrofe, de unos 820 kilómetros.
Del lado camboyano, la portavoz del Ejército de ese país, Maly Socheata, reiteró hoy que Tailandia disparó primero y que estos ataques han dejado heridos, casas quemadas y personas evacuadas de sus hogares, sin precisar números al respecto.
Por su parte, el vicegobernador de la provincia camboya de Oddar Meanchey, Meth Meas Pheakdey, informó a través de Facebook que tres civiles resultaron heridos en esa región debido a los "bombardeos de artillería tailandesa".
En redes sociales circulan vídeos que muestran a cientos de personas que se alejan de la zona de conflicto en ambos países, algunas caminando o a bordo de vehículos.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, instó a las partes a "ejercer la máxima moderación, mantener abiertos los canales de comunicación y aprovechar al máximo los mecanismos existentes" para desescalar los enfrentamientos.
"Malasia está dispuesta a apoyar las medidas que contribuyan a restablecer la calma y evitar nuevos incidentes", indicó en Facebook el gobernante, que este año ha mediado para una resolución pacífica de este conflicto como presidente la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Mientras el líder de Tailandia, Anutin Charnvirakul, ha suspendido un viaje a las zonas afectadas por las inundaciones para atender los enfrentamientos, el primer ministro de Camboya, Hun Manet, comandará "la resistencia a la invasión tailandesa", según ha dicho su padre, el histórico dirigente Hun Sen.
Los enfrentamientos actuales acaban de romper en la práctica el acuerdo de paz sellado por Tailandia y Camboya el pasado octubre en Malasia, con la mediación del presidente estadounidense, Donald Trump.
El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, suspendió temporalmente a mediados de noviembre el acuerdo de paz tras intercambio de disparos en la frontera, después de un incidente con minas terrestres.
Bangkok y Nom Pen mantienen una histórica disputa territorial por la soberanía de algunos territorios en su divisoria, cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya era su colonia.