El índice de precios al consumidor (IPC) continúa muy por debajo al registrado en noviembre de 2024, cuando se encontraba en el 27 %. La variación mensual frente al mes previo fue del 1,01 % y la variación acumulada se ubicó en el 13,07 %.
Por categorías, destacó el repunte interanual en Bebidas alcohólicas y Tabaco (87,95 %), seguido por Restaurantes y Hoteles (23 %), Educación (16,40 %), Servicios de la vivienda (14,39 %), Alimentos y bebidas no alcohólicas (14,43 %), Muebles y artículos para el hogar (13,07 %) y Bienes y Servicios diversos (13 %).
El sector de Comunicaciones (0,48 %) se mantiene como la categoría menos inflacionaria pese al fuerte repunte de las tarifas aplicado el pasado 30 de mayo, que elevó sustancialmente los precios de las recargas adicionales de la telefonía móvil generando protestas y controversia.
De acuerdo con estimaciones del economista cubano Pavel Vidal, la inflación real en la isla en 2025, que a diferencia de los informes mensuales de la ONEI, incluye los precios en el mayoritario y mejor surtido mercado informal, "rondaría el 70 %".
La inflación ha triplicado los precios en la isla desde el año 2020, según las estadísticas oficiales. El índice de precios al consumo (IPC) cerró en 2021 por encima del 77 %; mientras que en 2022 se situó en el 39,07 %; en 2023, en el 31,34 %, y en 2024, en el 24,88 %.
Cuba se encuentra sumida en una grave crisis económica y energética desde hace más de cinco años, visible en la escasez de básicos como alimentos, medicinas y combustible, una elevada y galopante inflación, la contracción económica, una dolarización creciente y prolongados apagones diarios.
La economía nacional se contrajo un 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, de acuerdo con datos oficiales. La Cepal también prevé que su producto interno bruto (PIB) sea negativo este año.
La combinación de la pandemia de la Covid-19, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses desde la primera Administración de Donald Trump (2017-2021) y las fallidas políticas económicas y monetarias nacionales han agravado los problemas estructurales de la economía cubana.
La situación ha provocado un descontento social, evidente en las inusuales protestas de los últimos años y en una ola migratoria sin precedentes en escala y duración.