Los eventos previstos iban a congregar a unas 15.000 personas, según la empresa promotora, Fuzzy, que hoy informó de que los asistentes ya han sido contactados y recibirán el reembolso automático de las entradas en un plazo de siete días.
La decisión se produce mientras la playa, uno de los enclaves turísticos más emblemáticos de Australia, permanece ocupada por fuerzas de seguridad y se ha convertido en un espacio de duelo y homenaje a las víctimas del ataque, ocurrido durante un acto de la comunidad judía por la festividad de Janucá.
En medio de esa celebración, dos hombres -padre e hijo- abrieron fuego contra la multitud que se encontraba en la playa de Bondi, lo que causó 16 muertos, incluyendo uno de los perpetradores, y decenas de heridos.
Según las investigaciones preliminares, las autoridades creen que padre e hijo actuaron de manera independiente y que estuvieron influidos por ideología vinculada al Estado Islámico (EI).
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, afirmó hoy que el Gobierno examinará en profundidad el funcionamiento de los sistemas de inteligencia del país tras reconocer la existencia de "problemas reales" en su operativo tras el atentado.