“La reunión entre los servicios de seguridad de ambos países tuvo lugar el fin de semana. Las conversaciones tuvieron como objetivo reducir la tensión”, dijo a EFE el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe.
El avance rebelde obligó a las fuerzas burundesas estacionadas en la ciudad a retirarse, lo que generó alarma en la región por posibles implicaciones transfronterizas, ya que Uvira se encuentra a unos 50 kilómetros de Bujumbura, capital económica de Burundi.
Nduhungirehe añadió que se planifican nuevas reuniones y que ambos países pretenden mantener una comunicación continua para evitar malentendidos o una escalada.
Las conversaciones entre jefes de seguridad de ambas naciones marcan un inusual diálogo directo entre vecinos, cuyas relaciones históricamente han sido tensas.
Burundi ha expresado su profunda preocupación por la situación, acusando a Ruanda de presuntamente apoyar a grupos rebeldes en la RDC y de planear acciones que podrían desencadenar un conflicto regional más amplio.
Estas acusaciones han aumentado la tensión y ambos han reforzado su presencia militar en la frontera.
Tanto Naciones Unidas como países occidentales han acusado a Ruanda de brindar apoyo logístico y armamentístico al M23 en el conflicto armado que resurgió con fuerza desde 2022.
En varias ocasiones, el presidente burundés, Évariste Ndayishimiye, afirmó poseer información que sugiere que Ruanda planea un ataque contra Burundi y desde principios de 2024 el gobierno burundés ha cerrado todas sus fronteras terrestres con su vecino.
Ruanda, por su parte, ha rechazado estas acusaciones y sostiene que Burundi, que comparte una frontera sur con el país, decidió colaborar con las fuerzas armadas de la RDC.
El miércoles de la semana pasada, el M23 tomó Uvira, en la provincia de Kivu del Sur, pese a la firma de un acuerdo de paz el 4 de diciembre en Washington entre los presidentes congoleño, Felix Tshisekedi, y ruandés, Paul Kagame, ante la presencia del mandatario estadounidense, Donald Trump.
Estados Unidos advirtió de que las "acciones de Ruanda" en el este de la RDC constituyen "una clara violación de los Acuerdos de Washington" y dijo que "tomará medidas para garantizar que se cumplan las promesas" hechas a Trump.
Aunque el coordinador adjunto de la Alianza del Río Congo/Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23), Bertrand Bisimwa, afirmó que “la retirada está en marcha”, los equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han detectado movimientos de tropas sin poder confirmar aún la retirada de los rebeldes de la ciudad.
La crisis en el este congoleño se agravó a finales de enero pasado, cuando el M23 tomó el control de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y semanas después de Bukavu, capital de Kivu del Sur.
Desde 1998, el este de la RDC vive un conflicto alimentado por grupos rebeldes y el Ejército, pese al despliegue de la misión de paz de la ONU (MONUSCO).