Según Franceinfo, los investigadores sospechan que este uranio, con un valor estimado de 160 millones de euros, tiene como destino Rusia.
La investigación se abrió en agosto pasado tras una denuncia presentada por Orano y se encargó a la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI), responsable de abordar los riesgos de injerencia y proteger los activos económicos de Francia.
La junta militar que tomó el poder en Níger en julio de 2023 nacionalizó en junio de ese año los yacimientos que explota Orano, la multinacional francesa del ciclo del combustible nuclear con sede en Châtillon, a la afueras de París, que previamente también los gestionaba.
Unas semanas después de anunciar la nacionalización de la mina de Somaïr, la junta militar indicó que comercializaría su uranio.
A finales de noviembre pasado, Orano advirtió en un comunicado de que un cargamento de uranio había salido de la mina de Somaïr y que la empresa no estaba detrás de esa venta, que condenaba enérgicamente.
Según franceinfo, tras ser transportado en camión con escolta militar, el uranio se encuentra en Niamey, capital de Níger, a la espera de su posible traslado a Togo vía Burkina Faso.
Desde que perdió el control operativo de sus tres filiales mineras en el país en diciembre de 2024, Orano, cuyo capital pertenece en más del 90 % al Estado francés, inició varios arbitrajes internacionales contra el Estado de Níger.
Un laudo arbitral internacional emitido en septiembre pasado prohibió a Níger vender o incluso transportar ese uranio.