El presunto agresor se habría quitado la vida saltando desde un edificio cuando la policía trataba de detenerlo, según informan medios taiwaneses.
Una de las víctimas es un hombre de unos cincuenta años, que murió de un paro cardíaco como consecuencia del ataque con bombas de humo, a la que se suma un segundo fallecido de unos treinta años, que recibió una cuchillada mortal en el cuello.
Además, otras siete personas resultaron heridas durante el ataque, una de ellas en estado crítico.
En vídeos del ataque difundidos por redes sociales y verificados por EFE se puede ver a un hombre vestido de negro con lo que parecer ser un chaleco táctico y portando un cuchillo de grandes dimensiones, que habría usado para atacar a las personas con las que se cruzó por la calle.
El ataque comenzó a las 17:24 hora local (9:24 GMT), momento en el que el departamento de bomberos recibió un aviso de que se habían lanzado bombas de humo en el interior de la Estación Central de Taipéi, en el centro de la capital taiwanesa.
Tras lanzar los artefactos, que impidieron temporalmente el funcionamiento normal del servicio ferroviario, el presunto agresor se dirigió hacia una zona comercial próxima, donde acuchilló a varias personas en la calle.
Uno de los heridos por arma blanca falleció a su llegada al Hospital de la Universidad Nacional de Taiwán, según anunció el centro.
El alcalde de Taipéi, Chiang Wan-an, informó a los medios de que el atacante, un hombre taiwanés nacido en 1998, se suicidó poco después tras saltar desde un edificio mientras lo perseguía la policía.
El sospechoso, Chang Wen, tenía una orden de arresto por saltarse el servicio militar obligatorio, añadió.
Tras conocerse el ataque, el presidente taiwanés, Lai Ching-te, aseguró en su cuenta de Facebook que el Gobierno hará todo lo posible para garantizar la seguridad con medidas reforzadas y anunció que se llevará a cabo una investigación para averiguar los motivos detrás del suceso.
Por su parte, el primer ministro, Cho Jung-tai, dijo haber dado instrucciones a los cuerpos policiales para aumentar la seguridad en las estaciones de tren y otros puntos de desplazamiento de viajeros de la isla.