El portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, explicó que el Ejecutivo comunitario ha tomado nota "con preocupación" de la decisión de China de imponer aranceles antisubvenciones provisionales, que oscilarían entre el 21,9 % y el 42,7 %, según lo anunciado por el Ministerio de Comercio de China.
La Comisión Europea está examinando esta decisión preliminar y remitirá sus comentarios a las autoridades chinas, puesto que el plazo para concluir la investigación e imponer medidas definitivas concluye el 21 de febrero de 2026, añadió.
En particular, Bruselas analizará toda la información disponible para analizar si cumplen con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), institución ante la que ya actuó a raíz del inicio de la investigación antisubvenciones sobre los productos lácteos por parte de China.
"Estamos haciendo todo lo posible para defender a los agricultores y exportadores de la Unión Europea, así como a la Política Agraria Común, del uso injusto por parte de China de los instrumentos de defensa comercial", dijo el portavoz en la rueda de prensa diaria de la Comisión.
El Ministerio de Comercio de China anunció este lunes aranceles antisubvenciones provisionales de entre el 21,9 % y el 42,7 % a las importaciones de determinados productos lácteos procedentes de la UE, tras concluir preliminarmente que estos reciben subvenciones y que han causado un "daño sustancial" a la industria láctea china.
El anuncio de estas nuevas medidas, que entrarán en vigor este martes, se produce en un contexto de tensión comercial entre China y la Unión Europea, después de que Pekín impusiera recientemente aranceles de hasta el 19,8 % a las importaciones de ciertos productos de cerdo de los Veintisiete, en lo que se considera una represalia por las tasas de Bruselas a sus vehículos eléctricos.
Preguntado por el impacto de los nuevos aranceles sobre esta relación comercial, el portavoz comunitario dijo que la Comisión ve este anuncio "como un desarrollo muy negativo" y recordó que, si bien la UE está "comprometida a reforzar la relación comercial, económica y de inversión entre la UE y China" esto requiere que Pekín aborde preocupaciones que datan de hace años.
Entre estas, citó el exceso de capacidad de producción, el uso injusto de instrumentos comerciales o el déficit comercial del gigante asiático.
No obstante, señaló que recientemente ha habido un "primer potencial positivo" en relación a las conversaciones que Bruselas y Pekín mantienen sobre la posibilidad de adoptar un compromiso de precios, que fijaría un precio mínimo de venta para los coches eléctricos fabricados en China.
Dicho compromiso sustituiría a los aranceles antisubvenciones que la UE impuso a esos vehículos en 2024.
Esta medida, indicó el portavoz, puede ser una "alternativa viable" a los aranceles siempre y cuando se cumplan "todos los criterios", es decir, se eliminen los efectos perjudiciales que detectó la UE en su investigación sobre los subsidios chinos al sector del vehículo eléctrico y que la solución sea operable en la práctica.
La Comisión Europea "sigue abierta" a explorar esta solución, dijo Gill, quien recordó que las autoridades comerciales chinas y europeas siguen manteniendo contactos a nivel técnico sobre el tema, la última vez el 9 de diciembre.