El donativo aportado por Japón será ejecutado por Unicef en Granma, Santiago de Cuba y Guantámamo en un plazo estimado de 24 meses.
La representante adjunta de Unicef en la isla, Sunny Guidotti, explicó que esta iniciativa "contribuye a garantizar el derecho a la salud, al agua segura y a entornos educativos protectores de miles de niños, niñas y adolescentes de zonas vulnerables del oriente del país, territorio actualmente en proceso de recuperación tras el devastador paso del huracán Melissa".
Además, expresó la disposición a seguir trabajando en conjunto con las autoridades cubanas para contribuir entre todos a alcanzar los resultados previstos en el diseño del proyecto y fortalecer así la resiliencia de las comunidades ante los impactos del cambio climático.
El proyecto prevé beneficiar a 5.000 niñas, niños y adolescentes de las tres provincias y garantizar que dispongan de servicios agua, saneamiento e higiene adecuados en sus escuelas.
Adicionalmente, prevé ayudar en estos ámbitos a unas 145.000 personas de comunidades aledañas a esas instituciones educativas.
Además, se propone reforzar la resiliencia de los servicios de salud materno-infantil con equipamiento e insumos esenciales para la continuidad y calidad de la atención en al menos cinco instituciones de salud materno-infantil, así como capacitar a 190 profesionales en cuidados especializados y nutrición durante los primeros 1.000 días de vida.
En este apartado, la iniciativa proyecta para 47.882 recién nacidos y mujeres embarazadas el acceso a servicios de salud fortalecidos y mejor preparados para responder ante emergencias, con enfoque de equidad y género.
Según datos compartidos por Unicef, Cuba enfrenta el impacto del cambio climático y fenómenos extremos como huracanes, inundaciones, sequías y sismos, que generan pérdidas anuales equivalentes al 4,6 % del producto interno Bruto (PIB) y afectan de manera directa a la población infantil y adolescente, y a las mujeres embarazadas.