Por ello, los investigadores abogan por una revisión científica independiente de los fundamentos del diagnóstico del trauma craneal abusivo, también conocido como síndrome del bebé sacudido (TCA/SBS), con criterios diagnósticos transparentes respaldados por evidencia validada, informa la Universidad de La Laguna en un comunicado.
Los autores concluyen que la base de evidencia utilizada para respaldar las prácticas diagnósticas actuales para este síndrome es mucho más débil de lo que se cree comúnmente y que los estudios citados adolecen de graves fallos metodológicos, como el razonamiento circular y el sesgo de incorporación.
Chris Brook indica que "lo que se presenta como evidencia científica para diagnosticar el síndrome del bebé sacudido es un reciclaje de las mismas suposiciones no probadas".
El especialista pone como ejemplo el reciente caso de la 'influencer' Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, acusados de haber sacudido a su hija en Gran Canaria cuando la menor fue hospitalizada.
Aunque ese caso finalmente se cerró, varios casos de síndrome del bebé sacudido en años recientes en España han resultado en penas de prisión para los padres.
"Casos como ese muestran con qué rapidez puede surgir una sospecha, basándose puramente en la interpretación médica", comenta Brook, quien añade que "nuestros hallazgos indican que esas interpretaciones carecen de un respaldo científico fiable".
El estudio identifica múltiples problemas en la investigación que se utiliza habitualmente para apoyar el diagnóstico clínico del SBS.
Así, el 71% de los estudios citados por la Academia Americana de pediatría clasifica los casos de este síndrome basándose en la opinión de expertos o equipos multidisciplinares, no en criterios científicos validados.
Según los firmantes de este trabajo, ningún estudio evita adecuadamente el razonamiento circular: los mismos hallazgos clínicos utilizados para diagnosticar el SBS se emplean para 'validar' esos diagnósticos.
Por ello, los estudios basados en 'confesiones' involucran relatos realizados después de acusaciones médicas, introduciendo un fuerte sesgo de selección, señalan los investigadores.
En lo referente a eventos de sacudidas documentados por testigos oculares independientes o por vídeo, estos son raros, pero cuando están documentados, no producen las lesiones atribuidas al SBS.
Los autores de este trabajo advierten de que las suposiciones diagnósticas no validadas de sacudidas ponen en riesgo a familias y niños, incluyendo la retirada de bebés de familias no abusivas, acusaciones o condenas penales injustas.
"Una sospecha de síndrome del bebé sacudido es una de las acusaciones más graves que puede enfrentar una familia”, enfatiza Brook, quien defiende que su diagnostico "debe basarse en evidencia robusta y, actualmente, no es así".
Firman este trabajo investigadores de las universidades de Griffith (Australia), University College London (Reino Unido), Umeå (Suecia) Otago, (Nueva Zelanda) y Western University (EEUU), además de La Laguna.