El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, perdió 16 centavos en el Intercontinental Exchange (ICE) respecto al cierre de la negociación del lunes, cuando acabó en 61,49 dólares.
El Brent se encamina a cerrar el año con un precio de más 20 dólares por debajo del que tenía al principio: el 15 de enero pasado, llegó a cotizar a 82,03 dólares, y desde entonces no ha dejado de bajar, salvo un repunte en junio pasado, cuando la tensión se disparó en Oriente Medio previo al ataque de EEUU contra Irán.
En este final de año, la tensión geopolítica sigue siendo alta en Ucrania, donde no se vislumbra un fin cercano a la guerra, así como en Venezuela, sometida a ataques más frecuentes de EEUU, y en Yemen, factores todos ellos que abonarían la tesis de un precio alto del crudo por las incertidumbres sobre el suministro.
Sin embargo, también cuenta el factor de la oferta, con Estados Unidos introduciendo en el mercado una cantidad cada vez mayor de crudo sin limitaciones (de consideración ambiental) por parte del Gobierno: la semana pasada, los inventarios de crudo en EE.UU. aumentaron en 2,39 millones de barriles.