Las declaraciones de los representantes de Israel y EE.UU. en la sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada este lunes "reflejan integridad, justicia y respeto por la verdad histórica", señaló en un comunicado difundido a última hora del martes el Ministerio de Asuntos Exteriores de Somalilandia.
"La condición de Estado de Somalilandia se basa en la legalidad histórica, una gobernanza efectiva, un territorio definido y la voluntad libremente expresada de su pueblo", añadió.
Las autoridades lanzaron este mensaje después de que Israel anunciara el pasado día 26 el reconocimiento oficial de Somalilandia como un "Estado independiente y soberano", con lo que se convirtió en el primer país en dar ese paso, que ha provocado una amplia condena internacional, especialmente de África, el mundo islámico, China y la Unión Europea (UE).
"El gobierno de la República de Somalilandia condena enérgicamente la negación por parte del representante somalí del genocidio, las matanzas masivas y el intento de limpieza étnica de 1988", añadió el comunicado.
El gobierno regional hizo así referencia a los bombardeos y ataques lanzados ese año por el Gobierno somalí contra la capital de Somalilandia, Hargeisa, después de que la urbe fuera tomada por rebeldes de un clan contrario al dictador somalí Mohamed Siad Barre, que ostentaba entonces el poder.
Mientras la rebelión tuvo lugar, entre 1981 y 1991, se cometieron graves violaciones de derechos humanos, decenas de miles de civiles somalilandeses fueron asesinados y gran parte de la infraestructura de la región fue destruida.
Somalilandia, protectorado británico hasta 1960, no está reconocida internacionalmente, aunque tiene constitución, moneda y gobierno propios, e incluso un mayor desarrollo económico y estabilidad política que Somalia hasta ahora.
La región declaró su separación de Somalia, excolonia italiana, en 1991, cuando Barre fue derrocado.
En las últimas décadas, Somalia y Somalilandia han impulsado sin éxito varios intentos de diálogo sobre la independencia de la región.
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde el derrocamiento de Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, como Al Shabab, y señores de la guerra.