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Los alumnos, en especial los del tercero del bachillerato, verdaderos ignorantes, incapaces de poder llevar una hinchada como la gente, inculcando los valores de unidad y compañerismo, se dedican a enseñar a fumar y tomar. Si bien digo solo eso, vergüenza es la única palabra con la que puedo expresar esta situación. Estos compañeros merecen la pena máxima de castigo, la expulsión y la cárcel, con un tiempo de servicio comunitario.
Necesitamos que esta situación se acabe para siempre, nuestro futuro, nuestra mente debe cambiar. No por hacer semejantes atrocidades somos más hombres o en el término común “de los perros” o “macho”. Podemos todos seguir el camino de la inclusión con nuestros propios valores inspirados por nuestro santo fundador San Miguel Garicoits. Todos podemos convivir en paz, llevar la fiesta en paz si nos unimos, sin que haya grupismo ni discriminación.
Sin nada más que tratar y con un dolor imperial en la mente y el corazón me despido.
Estudiante anónimo