Creyentes piden a San Lázaro, patrono de los pobres y los enfermos, gozar de buena salud o curar enfermedades.
Son bendiciones que esperan recibir quienes se sumaron al encuentro de canes, de todas las razas y colores, que tiene lugar un domingo antes del inicio de la Semana Santa en la iglesia María Magdalena de Monimbó, un aguerrido barrio indígena de la ciudad de Masaya, 30 km al sur de Managua.
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“Las fiestas de San Lázaro son originales en su celebración” porque reedita “la parábola del Lázaro rico (epulón) que tiene todo, y del Lázaro pobre que no tiene nada, enfermo, a quien los perros llegan a lamerle las llagas y se cura”, contó a la AFP un estudioso de la cultura nicaragüense, Wilmor López.
En retribución, Lázaro cura y bendice con salud a todas las mascotas que lo visitan de la mano de sus dueños en esta fecha, vestidos con coloridos trajes o disfrazados de payaso u algún personaje.
Los perros desfilan
Mientras los canes desfilan frente al santo, que yace sobre un altar adornado con flores de diferentes colores en un costado de la iglesia, los feligreses cantan melodías religiosas y escuchan la misa dominical, que reunió a cientos de devotos, la mayoría protegidos con mascarillas por la pandemia del covid-19.
También realizaron un desfile de mascotas bajo el picante sol del verano nicaragüense. Algunos asistentes acostumbran repartir comida y chicha, una bebida popular elaborada a base de maíz.
El desfile canino también se festeja en fechas posteriores en otros municipios de los departamentos de Carazo (sur) y Masaya, donde nace la tradición.
“Es la cuna del folklor y las tradiciones nicaragüenses”, dijo López, autor de varios libros sobre cultura en Nicaragua.
Historia africana, indígena y la influencia española
En esa ciudad, convergen “la historia africana con la marimba” -instrumento de percusión que llegó con los esclavos africanos-, la indígena por las comidas típicas y la española por la influencia de la Iglesia Católica, comentó.
“Cuba también tiene un gran fervor por Lázaro”, solo que allá “es negro, y la gente le lleva guaro (licor) y comida”, relató López.
Nicaragua celebra a distintos santos todos los meses debido a la influencia que persiste de España y el catolicismo, aunque conserva tradiciones y mitologías propias de los indígenas locales.