Los contribuyentes que llegaban esta mañana manifestaban su indignación por este hecho, pues los funcionarios municipales toman como un puesto de comando la sede municipal. Ayer, gracias a un pacto entre diputados, salvaron de la intervención al cuestionado intendente.
El intendente Raúl Mendoza y su pareja, la concejala Lourdes Espínola, utilizan la sede comunal como un negocio familiar. Además de emplear a toda su parentela, se niegan a rendir cuentas del uso del dinero público a la Junta Municipal, que es la primera instancia contralora. El jefe comunal transgrede la Ley Nº 3.966/2010 “Orgánica Municipal” al desconocer tal función del órgano deliberativo comunal.
Los ediles constantemente denuncian múltiples desprolijidades de la gestión de Mendoza; sin embargo, su salvataje fue incluido dentro del “acuerdo” llano-cartista de los diputados y ayer rechazaron la intervención municipal.