La fiscala Raquel Fernández investigó el caso del asesinato de Rodrigo Quintana en la noche del 31 de marzo de 2017 dentro de la sede del PLRA. Su trabajo presentaría groseras irregularidades que favorecerían a quienes fueron poderosas autoridades en ese momento, según frecuentes denuncias de la querella adhesiva, liderada por Guillermo Duarte Cacavelos.
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A raíz de esto, la mujer está siendo enjuiciada por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM). Ayer, se ratificó en que ella operó de forma correcta y acusó a Duarte Cacavelos de manipular a la prensa y de armar una historia que calificó de fantasía.
El abogado de la familia de Rodrigo Quintana conversó este miércoles con radio ABC Cardinal y se ratificó en que Fernández obró mal. Negó haber manipulado a la prensa y dijo que la agente se negó en todo momento a aceptar el pedido de registro del cruce de llamadas de importantes personas que en ese momento formaban parte del gobierno de Horacio Cartes. Además, dijo que Luis Canillas, entonces uno de los asesores del expresidente, mantuvo frecuentes conversaciones con la fiscala.
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Duarte Cacavelos indicó que las diligencias que hizo Fernández fueron hechas solo por presión de la querella adhesiva y que algunas de ellas las hizo solo para evitar caer en más flagrantes irregularidades.
“Esa resolución (que pedía el extracto de las llamadas de algunos de los imputados) no fue un producto natural de la gestión de Raquel Fernández. Fue para no tener una infracción”, sostuvo Duarte Cacavelos.
La cuestión gira en torno a que Fernández solo pidió algunos extractos (según la querella, bajo presión), pero dejó de lado otros importantes registros que fueron rechazados por Fernández.
“Hay que tener los ojos abiertos sobre la actuación del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados”, concluyó el abogado Duarte Cacavelos.