En el caso del Pilcomayo, mientras la comisión nacional realiza esfuerzos para que el agua se escurra en la mayor superficie posible de nuestro Chaco, el Mades simplemente hace oídos sordos a los pedidos de acompañamiento técnico.
A modo de ejemplo, el ingeniero Niedhammer mencionó los permisos ambientales que otorga el Mades para diversas actividades agropecuarias.
“No se pueden entregar permisos ambientales en el mismo valle de inundación del Pilcomayo. El río hace su camino y terminará destruyendo todo a su paso, tarde o temprano. Cuando la comisión nacional pretende realizar intervenciones, los propietarios salen con permisos ambientales otorgados por el Mades en el mismo sector de escurrimiento del río. Los técnicos del Mades se limitan a decir que cuando se hizo la inspección el río no estaba allí. Son increíbles”.
El Pilcomayo es el segundo río en el mundo en transporte de sedimentos, detrás del río Amarillo, en China Popular.
Esta realidad no se va a cambiar, hay que convivir con ella.
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