Policías y militares vigilan de noche y los delincuentes aprovechan el día

Fuerzas del orden realizan rigurosos controles en las calles durante la noche. Los maleantes terminan sacando provecho de esto y efectúan sus golpes en horario matutino. En este contexto, un delivery de autopartes fue baleado y asaltado en Ñemby; y en Capiatá, una ferretería fue atracada.

Efectivos militares y policiales verificando a los ocupantes de una camioneta en la vía pública.
Efectivos militares y policiales verificando a los ocupantes de una camioneta en la vía pública.

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Mientras que la mano dura de la Policía y de las Fuerzas Armadas se hace notar en las calles desde las 20:00, durante el día la ciudadanía queda a merced de los asaltantes que actúan con total impunidad y tranquilidad.

Como ejemplo de esta situación se cita un asalto ocurrido el jueves último en la ciudad de Ñemby, a las 11:00, en el que resultó víctima Atanacio Talavera (26 años), quien se desempeña como delivery para la firma Automóvil Supply SA.

De acuerdo con datos brindados por el jefe de la subcomisaría 014 Central, comisario Hermes González, Talavera llevó hasta una entidad bancaria, sobre Acceso Sur, la suma de G. 100 millones para depositarlos y también otros G. 4 millones para sencillar.

Desde su salida del banco y durante su trayecto de retorno a su puesto de trabajo, Talavera fue seguido por dos sujetos en una motocicleta.

Ya cuando iba a ingresar al estacionamiento de la firma, fue interceptado por los motochorros. El que iba como acompañante bajó e intentó quitarle el dinero, pero el trabajador se opuso y el asaltante efectuó un disparo, cuyo proyectil atravesó el muslo izquierdo del joven y quedó en el rodado.

Al final, el maleante se alzó con G. 3.900.000. Todo quedó grabado por cámaras de seguridad.

En Capiatá

También el miércoles, a las 14:52, un grupo de delincuentes llegó en un auto Toyota Axio azul hasta la ferretería “Mariana II”, ubicada sobre la avenida Rojas Cañada, en el kilómetro 20 de la Ruta PY02.

Del rodado bajó un sujeto armado, con campera y capucha, con tapaboca y un arma en la mano. Inmediatamente irrumpió en el negocio sorprendiendo a los cuatro empleados.

El solitario asaltante obligó a la cajera a que le cargue la recaudación, consistente en G. 700.000, en un bolso mientras apuntaba a los otros tres trabajadores.

Según el encargado, Agustín Marín, el maleante actuó sin violencia y afortunadamente solo se llevó el dinero y un celular, sin dejar heridos. Agregó que hace dos años se instalaron ahí y es la primera vez que son asaltados. El hecho también quedó registrado en el circuito cerrado del local.

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