Los vecinos de la Penitenciaría Regional de San Pedro de Ycuamandyyú piden que se solucioné el olor nauseabundo que invade la zona, que presumiblemente es producto de desechos cloacales e incluso ya formó un verdadero tajamar con olor fétido. La empresa Engineering ejecutó la obra de construcción y puesta en funcionamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales en las cercanías de la cárcel.
El director de la cárcel, Virgilio Duarte, también reclama solución a la empresa constructora. “De esta situación tiene conocimiento la ministra y la empresa tiene que solucionar el inconveniente que nos causa con vecinos. Es inhumano lo que vivimos a causa del mal olor”, dijo y comentó que la población penitenciaria es de un total de 985 reos.
El presidente de la Junta de Saneamiento local, Carlos Riera, dijo que a pesar de que no le corresponde a la Junta de Saneamiento tuvieron que trabajar ante la lluvia de reclamos de los pobladores y la indiferencia de la empresa constructora.
“Esta empresa tiene que venir a solucionar, los vecinos viven inhumanamente, no corresponde a la Junta de Saneamiento, pero con nuestro técnico vinimos a trabajar, a hacer mantenimiento, le falta mantenimiento y monitoreo que nunca hacen, y tampoco la capacidad es suficiente para la población penitenciaria”, dijo Riera.
En tanto que el diputado sampedrano Pastor Vera (PLRA) criticó a la empresa constructora y adelantó que pedirá informes. “Es una situación vergonzosa, es un potencial contaminante, no funciona la obra, creemos que no cumplió las especificaciones técnicas, se formó un reservorio de pura contaminación. Tenemos miedo que incluso llegue al río Jejuí y contamine también nuestro cauce hídrico. Es mucha plata, más de 7 mil millones se le pagó. Voy a solicitar informes y que la empresa se haga cargo de esto”, expresó el parlamentario.
El mal olor que inunda es insoportable para vecinos y transeúntes. La penitenciaría se sitúa al costado de la ruta PY11, que une San Pedro de Ycuamandyyú con Puerto Antequera, zona muy transitada. Las aguas negras se acumulan, forman un tajamar y se extienden cada vez más.
Desde la Comuna, el secretario general, Wilfrido Saiz, había prometido solucionar el caso o gestionar soluciones, pero nunca pasó más allá de una simple promesa de las autoridades municipales.
En la penitenciaría se ejecutó la obra de construcción y puesta en funcionamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales, que se instaló al costado del predio. La obra del Ministerio de Justicia se había adjudicado al Consorcio Saluber Paraguaya S.R.L.-Engineering SA, por un monto de G. 7.169.800.000.
Intentamos consultar con autoridades de la empresa para conocer su versión, pero nuestras reiteradas llamadas telefónicas culminaron siempre en: “Aguarde, le paso la consulta al compañero del área” o en la promesa de devolver nuestras llamada para evacuar las consultas.