El inodoro y el agua de la canilla todavía son un lujo

Algo cotidiano para muchos, como contar con un baño apropiado con inodoro y agua corriente, es para otros todavía en el Paraguay un ideal lejano. Falta de baños, de cloacas y de tratamiento de las aguas son deudas antiguas que deberían saldarse.

Letrina de la escuela básica 6529 de la comunidad indígena Ka’aguy Roky, en Alto Paraná.
El inodoro y el agua corriente son dos grandes progresos que todavía representan un sueño para 4.500 millones de personas en el mundo que por falta de acceso contaminan la tierra y los canales de agua.Archivo, ABC Color

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El Día Mundial del Inodoro fue recordado por el 3er. Foro de Agua y Saneamiento con el fin de dar seguimiento a las contribuciones realizadas por la sociedad civil al Plan Nacional de Agua Potable y Saneamiento (PNAPS).

Recordaron que al menos el 25% de la población del área metropolitana de Asunción vive en asentamientos precarios y contabilizaron 405 asentamientos urbanos donde habitan alrededor de 38.000 familias.

El 74% de residentes en asentamientos urbanos no cuenta con acceso a saneamiento básico: utilizan letrinas o inodoros conectados al pozo ciego, realidad que no dista demasiado de otros barrios. En el campo, la letrina o un simple pozo utilizado como baño son un signo de atraso denigrante.

En 2013, la Asamblea General de la ONU instituyó el 19 de noviembre como Día Mundial del Retrete, en el contexto de la propuesta “Saneamiento para todos”.

¿Cuándo surgió este artefacto?

Fue en Roma donde se vieron las primeras letrinas públicas con agua corriente. Y la historia recoge que en 1596 John Harrington, ahijado de la reina Isabel I, hizo un retrete que instaló en el Palacio de Buckingham. Años después, se llegó a un modelo de inodoro más parecido a lo que hoy disponemos.

Progresos urgentes

El inodoro y el agua corriente son dos grandes progresos que todavía representan un sueño para 4.500 millones de personas en el mundo que por falta de acceso contaminan la tierra y los canales de agua.

Nada menos que 1.800 millones de personas toman agua que no es potable. Todo esto es un gran problema para la salud pública, al no contar con cloacas donde se supone que los desechos deben ser tratados para no contaminar los ríos.

La diarrea aguda

Uno de los síntomas que más preocupan es el gran número de niños afectados por diarrea aguda, que pone en peligro sus vidas, al no tener siquiera agua corriente para lavarse las manos.

Lo vimos en pandemia: el lavado de manos ha librado de un montón de enfermedades a quienes tienen acceso.

El gran cambio

En noviembre del 2020, Hábitat para la Humanidad Paraguay y organizaciones aliadas desarrollaron LAV sobre Agua y Saneamiento, analizando el marco legal, los sistemas de gobernanza y gestión de servicios, las innovaciones y tecnologías alternativas para mejorar el acceso.

Un gran cambio de educación y accesos pueden llevar a las comunidades a desterrar peligrosas enfermedades. Por otro lado, el cambio climático con inundaciones y sequías no hace sino empeorar más las cosas.

Urge contar con un sistema de saneamiento de las aguas, libre de contaminación, insistieron los expertos.

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