Para Tribunal de Sentencia “Papo” no tuvo el “anhelo de matar” al capataz

Gregorio Ramón “Papo” Morales Macchi (46), fue absuelto del hecho de tentativa de homicidio doloso contra el capataz, Antonio Talavera, por un Tribunal de Sentencia de Guairá que consideró que el enjuiciado no tuvo “el anhelo de matar al afectado”.

Papo Morales apunta al capataz Antonio Talavera (2019).
Morales, a punta de fusil, hizo arrodillar a Talavera. Esto fue filmado por una mujer que acompañó a Papo, pero que no se incluyó como prueba en el juicio.Archivo, ABC Color

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El 23 de junio de 2018, Gregorio “Papo” Morales fue hasta el establecimiento de su madre, Vilma Macchi viuda de Morales, ubicado en la compañía Rojas Potrero del distrito de Borja, departamento de Guairá. Convocó hasta una arenera al capataz Antonio Talavera, bajo la excusa de que su rodado había llantado.

Una vez que el trabajador llegó, Papo tomó un arma de fuego larga y realizó tiros al aire, otros a los costados de Talavera e incluso una de las balas dio de refilón en la frente del empleado.

Talavera había informado a Vilma que su hijo Papo, quería vender animales de la estancia, a lo que ella se negó, lo que causó la molestia de Papo.

Acusado por tres hechos

El fiscal Martín Escalada sostuvo la acusación en juicio contra Papo Morales por tentativa de homicidio doloso, detentación y coacción grave. Pero, para el Tribunal de Sentencia, presidido por el juez Julio César Alfonso Vera e integrado por los jueces Víctor Ortigoza Aguirre y Porfirio Martínez López, según la SD N° 64 solo quedó “plenamente demostrada la consumación del hecho punible de coacción grave, como así mismo la participación del acusado Gregorio Morales”.

Los hechos de tentativa de homicidio doloso y detentación “no fueron probados con certeza suficiente”, por lo que los jueces terminaron absolviendo a Papo.

Sin anhelo de matar

El Tribunal analizó pruebas y testimonios para concluir que “se descarta puntualmente que dentro de la teoría del hecho punible referido, al analizar la tipicidad subjetiva (dolo), el acusado Gregorio Morales haya tenido la volitiva y cognitivamente el anhelo de matar al afectado”.

Consideró en ese aspecto que Papo “teniendo el dominio del hecho en todo tiempo, apuntando con arma de fuego, con la posibilidad abierta de remate, de consumación, de ejecución, de segar la vida de Antonio Talavera, tiro a tiro, a tiempo completo y en varios actos seguidos uno tras otro, no lo hizo”.

Además, “para descartar la tipicidad subjetiva de la tentativa de homicidio doloso-determinante para esta magistratura, es la futurologia expresada verbalmente por el propio acusado Morales a la víctima, al momento del hecho, a luz de su testimonio”, haciendo referencia a la advertencia en guaraní a Talavera: “anive remombe’u mamape, anive nde cuentero”, de que no le cuente más a su mamá.

“Si la voluntad del autor era segar la vida, iniciando la ejecución, bajo ningún sentido le hubiese advertido para el futuro de su desempeño como capataz”.

En cuanto a la detentación, el Tribunal consideró que no se probó que el arma era de uso privativa, pues no se realizaron allanamientos para recuperarla y tampoco había descripción de ella.

Venta de animales fue motivo del enojo

Durante su declaración en juicio, Antonio Talavera dijo que “en ese junio de 2018 había 109 animales a su cuidado, habiendo ingresado a trabajar a comienzos de ese año” y que se comunicó con Vilma Macchi viuda de Morales para comentarle que “habían 30 desmamantes machos, sugiriéndole que como llegaba el invierno, debería procurar vender, para guardar dinero luego comprar vaquillas”.

Recién varios días después, Talavera recibió la orden de la mujer para que busque comprador, a lo que este también le pidió permiso para avisarle a Gregorio, que ese día estuvo juntando arena en el lugar.

Talavera consiguió quien compre los desmamantes, por la suma de G. 50 millones, con el precio de G. 1.800.000 por cada uno de los 30 animales.

Papo le pidió al capataz que salgan tres cheques, uno a nombre de él, otro al de su mamá y otro al de su hermana. Esto fue informado por Talavaera a Vilma, quien ordenó que el cheque salga solo a su nombre.

Papo insistió en tener el cheque y cambiarlo para luego distribuir el dinero. Esta situación fue informada por Talavera a Vilma, nuevamente, a lo que ella le ordenó que no le entregue la hoja de lo contrario mandaría atajar el camión con los animales en Iturbe.

El comprador escuchó la discusión y desistió de comprar, por lo que Vilma ordenó hallar otro interesado.

Es así que el 22 de junio, mientras Talavera arreglaba un portón, llegó Papo Morales con una mujer al lugar, quien le ordenó reunir 30 animales para venderlos. El capataz informó de nuevo a su patrona, quien le ordenó a que no haga eso. Esto ocasionó el enojo de Papo, que fue armado ese 23 de junio de 2018, hasta el establecimiento, para realizar el hecho sobre Talavera.

Antonio Talavera nunca denunció el hecho, sino hasta después de seis meses, cuando se viralizó el ataque en su contra que fue filmado por la acompañante de Papo, desde un vehículo.

Morales pidió disculpa y reconoció adicción

El absuelto de tentativa de homicidio doloso, Gregorio “Papo” Morales, también dio su declaración en juicio y, en dicha oportunidad, pidió disculpas a Antonio Talavera, reconoció también que es adicto a la cocaína y también solicitó al Tribunal de Sentencia que tenga en consideración su salud.

A Morales se le detectó el mal de Parkinson severo cuando tenía 38 años, y que actualmente se encuentra en fase 4 de la enfermedad.

Morales hallado culpable de coacción grave y por ende, fue sentenciado a dos años con suspensión de ejecución de la condena, además de tratamiento a su adicción por dos años y donación G. 10 millones al Hogar de Ancianos de Villa rica y G. 20 millones al centro “El Camino”.

Capataz firmó una acta de desistimiento

Durante el debate público también brindó declaración la madre de Papo, Vilma Macchi viuda de Morales (67 años).

Vilma detalló que tras el hecho entre su hijo Gregorio y Talavera, fueron hasta Caazapá, donde firmaron un acuerdo ante escribanía por cualquier eventualidad. “Dijo que ya no tenia nada que reclamarnos y que recibía muchas presiones. Expresó que la relación con Antonio Talavera quedó todo muy bien”. Esto ocurrió el 16 de julio de 2019.

La mujer dijo que antes de eso “tenia buen relación con Talavera, como con su señora. Eran sus empleados, él ganaba G. 2.000.000 y G. 700,000 su señora. Había comunicación fluida con todos”.

Añadió que tras la muerte de su marido, tuvieron que vender las maquinarias de la estancia y con respecto a los animales afirmó que el capataz recibía la propuesta de venta, él le comunicaba a ella y se concretaba. Había una fluida comunicación. Cinco veces por día. La venta era bajo su autorización. La que dirigía era Vilma Macchi..

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