Ciclistas pedalearon desde Buenos Aires hasta Caacupé para visitar a la Virgen: ¿cuánto tardaron?

Ciclistas que forman parte del grupo “Pedaleando por la fe” llegaron a Caacupé luego de salir de la capital de Argentina, Buenos Aires, para visitar a la Virgencita Azul. La práctica de pedalear hasta la Villa Serrana es frecuente y este año no es la excepción.

En el caso de este grupo de paraguayos, Alberto Martínez en representación de los ciclistas, declaró que llegaron a la ciudad para agradecer por el trabajo que tienen “para sacar adelante a la familia” en el vecino país y también por la salud.

Los compatriotas trabajan como albañiles en Argentina y en el caso de Martínez, él vive hace 16 años en ese país, mientras que otros hace 10 a 12 años, pero con sus amigos mantienen su promesa a la Virgen año tras año.

Unite al canal de ABC en WhatsApp

“Estamos para agradecer a la Virgen y por la fe más que nada porque mediante ella tenemos trabajo. Dos o tres días vamos a estar para visitar a nuestros familiares también, nos repartimos todos entre Oviedo, San José, Caaguazú y Capiibary; cada uno con su familia y luego nos juntamos todos para volver. Yo tengo también una promesa de hacer comida típica el 8 de diciembre todos los años”, agregó.

Lea más: Ciclistas llegaron desde San Pedro a Caacupé

De Buenos Aires a Caacupé en bicicleta: ¿Cuánto tardaron?

El compatriota indicó que el pedaleo desde Buenos Aires a Caacupé les llevó nueve días.

“Muchísimo pedaleamos; pasamos por calor y tormentas también. Por la noche cuando parecía que nos íbamos a dormir los camioneros nos bocinaban y daban apoyo. Agradecemos a todas las personas que nos apoyaron, familiares, amigos, vecinos, a todo el grupo”, agregó.

Finalmente, confirmó que pronto volverá al país vecino para continuar trabajando luego de cumplir sus promesas a la Virgen de Caacupé.

“Nada es imposible en esta vida, solamente hay que tener fe y un propósito. Uno va a lograr su propósito si no baja los brazos; es luchar porque nuestra madre es grande y también es grande la fe. No es fácil pero tampoco imposible”, concluyó.

Lea más: Obispo lamenta las desigualdades y que las personas sean bienes de consumo