Obispo lamenta avance de Paraguay en ranking de criminalidad

La feligresía católica de Piribebuy homenajeó hoy a su santo patrono, Ñandejára Guasu, en el santuario Dulce Nombre de Jesús. La misa central fue presidida por el obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela. Durante su homilía, el obispo cuestionó el alto indice de criminalidad y corrupción en Paraguay, y exhortó a las familias a fortalecer el hábito de la oración.

“Ya estamos en el ranking  de los paises más altos en criminalidad y corrupción”, dijo monseñor Valenzuela durante misa en Piribebuy
“Ya estamos en el ranking de los países más altos en criminalidad y corrupción”, dijo monseñor Valenzuela durante misa en PiribebuyFaustina Agüero

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Monseñor Ricardo Valenzuela ofició la misa en el templo Dulce Nombre de Jesús, Ñandejára Guasu. Durante su prédica, el clérigo lamentó la corrupción que se vive en nuestro país, y dijo: Ya estamos en el ranking de los países más altos en criminalidad y corrupción”.

“Antes nos sentíamos orgullosos de ser paraguayos y hoy miramos que las expresiones que tienen otros países de nuestra nación son que tenemos un alto índice de criminalidad. Esto es una pena”, señaló la autoridad religiosa.

“Necesitamos orar mucho”

Asimismo, lamentó la cantidad de casos de asaltos y sicariatos que se registran en la actualidad. ¿Quién no se queja de esta situación en la cual estamos pasando todos?, se preguntó. “Esto es un signo de que necesitamos orar mucho”, indicó el obispo.

Así también mencionó que como cristianos hay que fortalecer el hábito de la oración, porque solo así podremos salvar a nuestra sociedad paraguaya. “Tenemos el compromiso de rezar mucho más para que el Señor tenga piedad de nosotros. Pensemos en el bien de nuestros hijos y de nuestros hermanos, ñañembo’e”, recomendó el obispo.

Cumplir con los mandamientos

En otro momento de la homilía, monseñor Valenzuela también señaló que debemos cumplir los mandamientos de Dios. “La oración es un arma increíble que hace posible las cosas imposibles, pero nosotros no la valoramos; no tenemos tiempo para orar. No agarramos lo mejor de la vida, la gracia más grande que el Señor nos ha dado, que es la oración”, agregó.

“¿Y qué es entonces orar? Orar es para el creyente una necesidad, es como respirar para el cuerpo. La persona humana va creciendo a través del diálogo con los demás, porque la comunicación es un elemento vital para crecer en compañía”, enfatizó monseñor Ricardo Valenzuela.

Procesión

Al término del acto religioso se llevó adelante la tradicional procesión con la imagen de Ñandejára Guasu. Varias familias de la zona que no pudieron acudir a la misa salieron fuera de sus casas para ver pasar a su santo protector.

El obispo Valenzuela, acompañado de una multitud de personas, con cadetes y la Banda de Músicos de la Dimabel marcharon por los alrededores del templo.

Así también, cada comunidad eclesial participó con entusiasmo. Se pudo ver a jóvenes, niños y adultos con sus santos protectores, de las diferentes comunidades, quienes participaron para ser bendecidos.

Pidieron restauración del templo

Al término de la santa misa, el presbítero Alcides Mendoza agradeció la presencia de monseñor Valenzuela y comunicó a los presentes que desde el mes de febrero se tendrán días de oración afuera del santuario nacional. Esto, para clamar a Dios que “ablande el corazón de las autoridades y del presidente de la República, Santiago Peña”, para que escuchen el pedido que hace la población para la restauración de la iglesia Ñadejára Guasu.

La misa de la fiesta patronal se tuvo que realizar afuera del templo, justamente porque la estructura edilicia de la iglesia ya está a punto de derrumbarse.

“Estamos en una situación límite, tenemos hundimiento de los pilares, techos con goteras, paredes que se deshacen y es peligroso que nuestra iglesia continúe en estas condiciones. Estamos con peligro de derrumbe y podríamos lamentar una desgracia”, expresó el sacerdote.

Indicó que el templo corresponde a un lugar histórico por todo lo que implica el santuario, que fue testigo de cruentas batallas. “Nuestro patrono, Ñandejára Guasu, merece un lugar digno, y nosotros tenemos que tener un sitio seguro para orar”, dijo el presbítero Alcides Mendoza.

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