Ambos fueron procesados por operar un punto de venta de drogas en la zona conocida como Ciervo Cuá, en la ciudad de San Bernardino, donde utilizaban una vivienda como lugar de expendio.
De acuerdo con los antecedentes del caso, el 12 de octubre de 2023 se realizó un allanamiento en el inmueble, luego de una investigación previa, constatándose que personas de distintas edades acudían al lugar para adquirir las sustancias ilícitas. Durante el procedimiento, los intervinientes fueron recibidos por los ahora condenados, ocasión en la que la mujer entregó voluntariamente 50 “piedritas” de crack, además de incautarse un teléfono celular en su poder.
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Sustancias incautadas
Las sustancias incautadas fueron sometidas a pesaje y análisis primario de campo mediante el sistema Narcotest, arrojando resultado positivo para cocaína tipo crack, con un peso inicial de 9 gramos. Posteriormente, el análisis definitivo estableció un total de 8,6 gramos, con un nivel de pureza del 70,3%.
El Tribunal de Sentencia estuvo presidido por la magistrada Liliana Ruiz Díaz Guerrero e integrado por los jueces Cristel Müller y Alberto Peralta.
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