El militar sufre trastornos

El teniente Pablo Eduardo Velilla sufre algunos trastornos mentales, por lo cual desapareció casi una semana. No será imputado por la fiscala.

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Los informes periciales preliminares refirieron que Velilla sufre de trastornos síquicos, entre ellos pánico y estrés, por lo cual perdió la noción del tiempo y se alejó de su familia, sin siquiera enterarse de que era buscado.

El teniente Velilla desapareció hace una semana, cuando se lo vio por última vez en el Hospital de Policía, denunció su esposa Susana María Giménez.

La desesperada mujer, quien recientemente tuvo un hijo, aseguró en su momento que el teléfono de su marido estaba encendido, pero que no contestaba las llamadas.

Lo del celular y el video en el que se lo ve al militar en compañía de una mujer fueron las claves para los investigadores.

Los intervinientes encontraron que el teléfono del militar estaba ubicado en Encarnación. También contactaron con la mujer del video, quien negó saber nada sobre el uniformado.

Velilla estuvo en un hospedaje en Encarnación, hasta que el dueño del lugar le aconsejó a que se presente ante la justicia, debido a que en todos los medios de prensa se informaba de que era intensamente buscado.

El teniente finalmente optó ayer por regresar a Asunción y el viaje lo hizo a bordo de un colectivo de la empresa “La Encarnacena”.

Llegó hasta la terminal de Ómnibus de Asunción y después subió a un colectivo de la línea 38, con la idea de presentarse a su unidad castrense, en el barrio Tacumbú de Asunción.

Por el camino, bajó del colectivo en Barrio Obrero y una persona que lo conoce avisó a la Policía. Agentes de Antisecuestro lo detuvieron y encontraron en su poder un cuchillo.

El militar dijo a los policías que fue secuestrado, pero uno de los agentes le aconsejó decir la verdad, porque su versión no era creíble.

Ante la fiscala Sandra Quiñónez declaró que viajó a Encarnación porque tuvo pánico. Manifestó que la cantidad de horas de estudio, sumado al reciente nacimiento de su hijo, le causaron un problema mental.

El uniformado fue llevado hasta el Hospital Militar, donde la forense corroboró que no se encontraba bien mentalmente, por lo cual aconsejó que sea medicado y tratado.

Como no cometió ningún delito, ya que la desaparición no es reprochable ante la ley (salvo la forzosa), la fiscala no lo imputará.

Donde sí responderá por sus actos será ante la justicia militar, porque no se presentó a su unidad el pasado sábado.

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