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En la madrugada del 2 de febrero de este año se produjo la fuga de diez presos que estaban recluidos en una de las cinco celdas de la Jefatura de Policía de Alto Paraná, situada en Ciudad del Este. El suboficial Frutos villalba había manifestado que los mismos supuestamente aprovecharon que se había quedado dormido dentro de su vehículo, estacionado en la jefatura, para escapar.
Tras este hecho, se abrió un sumario para investigar el llamativo hecho y se ordenó la imputación del agente de policía. Tras concluir la investigación, la representante del Ministerio Público presentó el requerimiento conclusivo en el Juzgado Penal de Garantías número 8, a cargo de Nilda Estela Cáceres y solicitó la elevación de la causa a juicio oral.
Los guardiacárceles de la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este se percataron del hecho y alertaron al personal de la Jefatura, que pudo recapturar a algunos de los forajidos. Cuatro de ellos habían preferido permanecer en sus celdas.
En aquella oportunidad se había revelado que no se encontró rastro alguno de violencia en el portón del calabozo y que el candado con el cual estaba cerrado el lugar tampoco presentaba signos de ser violentado.