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Lo correcto es que traten y resuelvan los pedidos que están pendientes y no que intenten lavarse las manos, habiendo motivos tan contundentes contra estos dos “honorables”.
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Es imposible creer que ZI no utilizó sus influencias, primero como intendente y primer damo para adquirir millonarios bienes.
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Luego, como senador, para intentar evitar a como venga la vara de la Justicia, llevando su caso a su feudo con jueces y fiscales que él había puesto.
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Después de haberse y habernos librado de unos cuantos impresentables parece que los senadores ahora entraron también en la onda de los dipuchorros.
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A partir de ahora, la consigna evidentemente será protegerse mutuamente, como chanchos de un mismo chiquero.
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Una estrategia que usarían para implementar el corporativismo sería que sean varios los senadores con pedidos de expulsión para pactar un “acá no pasó nada y no se va nadie”.
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Los cartistas especialmente están interesados en salvar a toda costa a ZI, justamente el peor y más embarrado del chiquero.
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Los últimos hechos delictivos vinculados al lavado de dinero y al narcotráfico mostraron, entre otras cosas, confirmaron que nuestro país es cada vez más utilizado como lugar de conexión de las rutas del delito internacional.
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Abdito dijo que el mundo, ndajekó, podía ver que combatimos el narcotráfico. En realidad, se vio la mano de la DEA en este caso porque nuestros propios controles son muy endebles.
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Hasta el diputado Cachi-Bachi admitió, después de hacerse el ofendido, que el dinero del narcotráfico y el lavado de dinero corre entre los partidos políticos.
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Lo peligroso, advirtió la abogada Carmen Pereira, de Seprelad, es que esta situación se normalice y terminemos como esos países en los que existen regiones liberadas para los delincuentes.
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Algunos sinvergüenzas aprovecharon la pandemia para ganar licitaciones y estafar a las autoridades de Salud y perjudicar a la ciudadanía. Hasta ahora, no hay castigos ejemplares para nadie.
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Así también algunas autoridades, como el gobernador de Cordillera Hugo Fleitas, hicieron caso omiso a las prohibición de malgastar dinero durante la pandemia.
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Fleitas contrató hasta un sicólogo, que más bien funge como su secretario, argumentando que le preocupa “la salud mental” de sus funcionarios.
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Debería preocuparle más bien su condición moral y el pico de presión que le da a la ciudadanía cuando ve que se contratan correligionarios mientras mucha gente no puede aún trabajar normalmente.
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Muy sugestivo el discurso de Nicanor días pasados en Misiones, hablando en contra a la operación cicatriz.
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Nica se da cuenta que con esos dos “líderes”, los colorados no irán muy lejos
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A medida que llega fin de año, crece la ansiedad de mucha gente por recuperar cierta normalidad, especialmente por la necesidad de que haya movimiento económico.
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En Encarnación y Puerto Falcón crece la expectativa para que se permita libremente el paso fronterizo terrestre.
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Se debería insistir con las campañas educativas de prevención para evitar el contagio que de hecho la mayoría ha incorporado en su vida diaria.