Iniciar un rodaje con una trama que abarca diferentes temas controversiales es solo para aquellos que desafían el relinche del público conservador. Entre múltiples variedades de películas, series y minis documentales, existe un material sin tabúes que mete el dedo en la llaga y educa a través del arte de la actuación.
Un 11 de enero del pasado año se estrenaba en Netflix la primera temporada de Sex Education; esta serie británica cuenta con una temática enfocada en la sexualidad de los adolescentes. A grandes rasgos, el contexto del audiovisual muestra a un joven llamado Otis Milburn que decide emprender un consultorio clínico “clandestino” de ESI dentro de la secundaria a la que asiste.
Mucho se habla de la falta de conciencia por parte de jóvenes al momento de llevar a cabo alguna actividad sexual, pero poco de discute el porqué de la falta de información. En cuanto a relaciones íntimas, Sex Education responde preguntas pronunciadas como “¿qué tan importante es el uso del preservativo?”, “¿cómo se empieza el acto sexual?”, “¿por qué uno no siente atracción por el sexo?”, entre otras incógnitas que los colegios ignoran, al menos a nivel país.
Si defienden la frase “salvemos las dos vidas”, algunas escenas de la serie les darán una cachetada educativa a “todes”, pues el aborto también tiene un espacio bien visto dentro de la trama. Mientras que, por otro lado, los personajes realzan el movimiento feminista, demostrando sororidad entre las chicas cuando una de las protagonistas es víctima de violencia sexual callejera.
Aunque existan críticas negativas que alegan que el contenido del nudo es cliché y poco original, no se puede negar la realidad problemática que muchos jóvenes afrontan con el sexo. El despertar sexual, muchas veces, crea confusión en la adolescencia, pues, sin una educación integral, las interrogantes quedan a la deriva o en manos de Google, como de costumbre.
Además de lo mencionado, otra problemática, en este caso, que apunta a la comunidad LGBT+ es la intolerancia de la gente hacia la homosexualidad. Entonces, como forma de visibilizar la violencia hacia las personas trans, el audiovisual busca mentalizar al público de Netflix acerca de toda clase de acciones discriminatorias.
No, Martha, no es una serie para “progres”, pues, a falta de ESI, este rodaje busca explicar lo que muchos sistemas educativos no enseñan.
Por Ezequiel Alegre (19 años)