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La cultura paraguaya y la de otros países son muy machistas; las mujeres son desvalorizadas, acosadas, sufren de maltratos físicos y psicológicos por el simple hecho de ser diferentes al hombre. Muchas personas ya se cansaron de soportar las diferencias entre ambos sexos, por eso, el feminismo intenta disminuir los casos de discriminación y crear un ambiente de igualdad en la sociedad.
El feminismo, según la Real Academia Española, es la ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos del hombre. Hay múltiples damas y caballeros que son capaces de realizar grandes cambios positivos y muchos de ellos, no todos, ya no tienen miedo a ser rechazados con la frase "dejate de eso que es cosa de nenes/nenas".
Ya no existe ningún sexo que se encargue exclusivamente de trabajar para alimentar a los miembros de la familia o tenga como tareas principales cuidar a los hijos y mantener limpio el hogar. El hombre y la mujer pueden hacer las mismas labores; en nuestra sociedad existen damas mecánicas, caballeros estilistas, cada uno haciendo su mayor esfuerzo para salir adelante.
Nuestra historia está llena de “héroes” y la mayoría de ellos son hombres; poco o nada es el espacio que se la da a la mujer para ser recordada y homenajeada por su esfuerzo. Muchas trabajaron para que nuestro país sobresalga y progrese; las residentas, Adela y Celsa Esperatti, Serafina Dávalos, Carmen Casco de Lara Castro y varias otras damas demostraron a toda la sociedad, en su tiempo, que las del sexo femenino sí pueden hacer cosas buenas para mejorar la comunidad.
Estamos viviendo una época parcialmente estable, donde los derechos están prácticamente igualados para ambos sexos. Las feministas buscan demostrar que las "madres luchonas" valen oro y que el "sexo débil" es más fuerte de lo que se piensa haciendo actividades que, años atrás, solo un hombre podía realizar.
Ningún sexo es superior al otro; ambos dependen de su adecuada complementación para subsistir y socializar. El hombre también puede cocinar, lavar la ropa y cuidar niños, y la mujer es capaz de ser chofer de colectivos, liderar y ocupar altos cargos ejecutivos.
Por José Peralta (19 años)