Un Colegiado de Sentencia, presidido por el juez Wilfrido Peralta e integrado por los jueces Sandra Farías y Carlos Hermosilla, sentenció a Ever Ramón Medina Frasqueri (37 años) a una pena de siete años de cárcel por haber cometido el hecho punible de coacción sexual contra su hijastra, hoy ya mayor de edad.
La fiscala Fátima Girala, quien representó al Ministerio Público durante el juicio oral, solicitó a los miembros del Tribunal de Sentencia la aplicación de la máxima pena, es decir, 10 años, pero los jueces resolvieron imponer la condena de siete años.
De acuerdo con datos proporcionados por la Fiscalía, la víctima sufrió de los abusos sexuales, desde que tenía 11 años y se extendieron hasta que cumplió 17 años, por parte de Ever Medina.
Del caso recién se tuvo conocimiento en junio de 2020, cuando la víctima de 17 años ya le contó a una amiga sobre lo que estaba padeciendo y esta, a su vez alertó a la Policía. La denuncia llegó al Ministerio Público y el fiscal Giovanni Grisetti abrió la causa en la que imputó y ordenó la prisión preventiva del militar.
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Militar aprovechaba ausencia de la madre
Mediante entrevistas con especialistas psicólogas del Centro de Atención a Víctimas del Ministerio Público, se pudieron conocer algunos detalles más sobre lo que padecía la joven a manos del hombre de 37 años, que era pareja de la mamá de la víctima, desde el 2015 aproximadamente.
La muchacha había relatado que el hombre le tocó sus partes íntimas, desde que ella tenía 11 años. En una ocasión incluso, cuando ella terminó de ducharse, el padrastro la llamó porque supuestamente le quería hablar, sin embargo cuando se acercó, la obligó a arrodillarse y la forzó a practicarle sexo oral.
El sujeto recién la soltó, cuando la madre abrió la ventana de su pieza, pues todo estaba ocurriendo en el patio. Esta situación fue aprovechada por la entonces niña, que corrió a su pieza a esconderse.
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La joven también describió que su padrastro siempre la miró con cara de acosador e incluso, cuando pasaba ella cerca, él le daba nalgadas. La situación se agravó cuando, el militar aprovechó que nadie más estaba en la casa y entró a la pieza de la víctima, de entonces 13 años, a quien le bajó el short para luego abusar de ella. Esto se repitió por cuatro años más.
Lamentó que su madre no le creyó
La víctima también refirió a los investigadores que, no tenía un buen ralacionamiento con su mamá. Además, que se sentía abandonada por ella, pues consideraba que nunca estaba para ella y sus hermanitos menores.
Entre otras cosas, según había dicho la propia joven, la madre no le creyó cuando le contó lo que el militar le hacía cuando ella no estaba en la casa. Además, según su relato, la mujer siempre salía a favor de su pareja.
Esto se vio reflejado en el juicio, al turno de la declaración de la mamá, que nuevamente salió a defender al hombre de 37 años.