Supuesto narco brasileño huyó con ayuda dada en Paraguay

Un operativo sigilosamente preparado por agentes de la Policía Federal de Brasil, que tenía como objetivo la captura del supuesto narco brasileño Antonio Joaquim Mendes Goncalves da Mota, alias Motinha, quien se encontraba oculto en una estancia de departamento del Amambay, resultó en un rotundo fracaso ya que el objetivo fue avisado un día antes y huyó en un helicóptero.

La estancia San Juan pertenece supuestamente a José Rivassi Da Motta, según el cartel de acceso al establecimiento, en el distrito de Bella Vista Norte, departamento de Amambay.
La estancia San Juan pertenece supuestamente a José Rivassi Da Motta, según el cartel de acceso al establecimiento, en el distrito de Bella Vista Norte, departamento de Amambay.Gentileza

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Los agentes de la Policía Federal no tienen la menor duda de que el aviso presuntamente partió de parte de los antidrogas de Paraguay, a quienes comunicaron el lugar exacto de la ubicación del supuesto narco brasileño, pidiendo la colaboración para realizar el allanamiento.

Se trata de la estancia San Juan, situada a orillas del río Apa, a 20 kilómetros del centro Bella Vista Norte, ciudad paraguaya que a su vez queda frente al municipio brasileño de Bela Vista.

Una vez que llegaron al lugar, solo fueron hallados algunos guardaespaldas que inicialmente quedaron detenidos y que tras declaraciones ante los agentes brasileños confirmaron que fueron avisados de una posible intervención policial en la estancia.

La tercera generación

Antonio Joaquim Mendes Goncalves da Mota, alias Motinha, de 30 años de edad, es la tercera generación de supuestos narcos que opera en la frontera entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porã.

Es también heredero de una fortuna incalculable amasada dentro de la mafia fronteriza ya por su abuelo, el ya fallecido Joaquim da Mota, más conocido como Joaquincinho, debido a su baja estatura, y luego también por su padre, Antonio Joaquim da Mota, alias Tonho.

El abuelo Joaquincinho llegó a la frontera desde Brasil, proveniente de su natal estado de Bahía, en la década de los 70, en pleno auge del “poder supremo” del padrino Fahd Jamil Georges, quien en esa época era “dueño” de la región monopolizando el crimen organizado.

Da Mota, rápidamente se ganó la “bendición” del padrino, llegando a amasar una fortuna en la triangulación de la soja, el contrabando y falsificación de cigarrillo. También operaba con armas y municiones y, más tarde, el envío de marihuana al mercado brasileño.

Era la época dorada de la mafia fronteriza. Sus integrantes, encabezado por Fahd Jamil Georges, supuestamente se codeaban con altas autoridades paraguayas, como los militares Rodríguez y Oviedo, quienes presuntamente les daban protección y “carta blanca” para sus actividades a cambio de suculentas ganancias.

Da Mota se hizo en corto tiempo de casi 100 estancias en el lado paraguayo. Cuando finalmente Joaquincinho falleció, dejó el imperio su hijo Tonho, quien a su vez involucró en el “negocio” a su hijo ahora conocido como Motinha.

Los nuevos jefes del clan Mota, supuestamente además de crear negocios legales para el lavado del dinero proveniente del tráfico en general, presuntamente introdujeron a sus actividades un negocio aún más lucrativo, el tráfico de cocaína.

Para ese fin tenían una flota de aviones y helicópteros. Sus estancias en el lado paraguayo, supuestamente, contaban con pistas de aviación en perfectas condiciones a las que semanalmente bajaban aeronaves de pequeño porte con cocaína proveniente de Bolivia, Perú y Colombia.

Estos cargamentos eran nuevamente traficados hacia territorio brasileño, hasta los puertos de Santos y Paranaguá, de donde eran enviados en barcos a países de Europa.

Según informes confidenciales de la Policía Federal de Brasil, en los últimos años Antonio Joaquim Mendes Goncalves da Mota, el nieto del patriarca Joaquincinho, era el que manejaba todas las actividades delictivas de la familia.

Joven, amante de la buena vida, una repleta de lujos y extravagancias, le gustaba que lo llamaran Don, en referencia a Don Corleone, de película “El Padrino”.

Se alió con el temido grupo criminal Primer Comando da Capital (PCC), al que supuestamente proveyó de toneladas de cocaína.

En los últimos tiempos, una gran cantidad de aviones y helicópteros con cargas de cocaína fueron incautados por los agentes federales del Brasil, quienes confirmaron plenamente que el clan Mota era responsables de ellos.

El operativo Hélice

Luego del último operativo tendiente a capturar a Motinha, el 30 de junio pasado en la estancia San Juan, el Don Corleone brasileño se habría escondido en otra estancia dentro de nuestro territorio, protegido por sus influyentes amigos paraguayos, a cambio de generosas “ofrendas”.

La búsqueda de Motinha se inició oficialmente el 11 de mayo pasado, con el operativo Hélice, desarrollado en Brasil y Paraguay.

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