La reciente ola de calor extremo que azota a Sudamérica deja en evidencia las fragilidades estructurales de los sistemas agrícolas y de abastecimiento en Paraguay. Con temperaturas récord que superaron los 45°C en algunas regiones, los efectos sobre la producción agropecuaria fueron devastadores: pérdidas de cultivos, mortandad de ganado y una presión creciente sobre los recursos hídricos.
En tiempos donde el cambio climático está alterando el entorno global, un nuevo estudio señala un efecto inesperado: el aumento de las poblaciones de ratas en las ciudades. Publicado en Science Advances, este análisis indica que las temperaturas más altas están favoreciendo la proliferación de roedores en áreas urbanas. Ciudades como Washington, D.C., San Francisco, Toronto y Nueva York enfrentan un desafío significativo para controlar estas plagas.
La población de abejas, guardianas de la biodiversidad, está en riesgo, debido a la expansión de los monocultivos y la consecuente pérdida de su hábitat. Su miel sustenta a familias campesinas, pero los panales fueron reemplazados por campos de soja. Sin embargo, hay esperanzas: comités de trabajadores apuestan por la apicultura para rescatar estos insectos esenciales, mejorar los cultivos y favorecer la recuperación boscosa, enfrentando así el cambio climático.
La sequía afecta a todos los productores del territorio nacional. En Capiibary, mediante un proyecto de resiliencia, comunidades campesinas mejoraron sus métodos de producción para luchar contra los efectos del cambio climático y mejorar su calidad de vida. Por el camino, encontraron un inesperado aliado que genera doble impacto y trae buenos resultados, en medio de la crítica sequía que afecta al Paraguay desde hace dos años.
En el contexto de la creciente crisis climática, la seguridad hídrica se ha convertido en uno de los mayores desafíos que enfrentan los países a nivel mundial. La relación entre el cambio climático y el agua es profunda y compleja, afectando no solo a la disponibilidad de los recursos hídricos, sino también a sectores clave como la agricultura, la energía, la salud pública y la infraestructura.
De regreso a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump apuntó a los vehículos eléctricos cuyo desarrollo estaba en el centro de la estrategia de lucha contra el cambio climático de su predecesor, el demócrata Joe Biden.