El Prof. Dr. Silvio Waisbord, director y profesor de la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la Universidad George Washington, visitará nuestro país del 22 al 26 de abril en coincidencia con la Semana del Periodista. Waisbord ofrecerá presentaciones y discusiones en Asunción y Ciudad del Este sobre temas como relacionados al periodismo y sus desafíos actuales.
La libre comunicación de ideas y opiniones es uno de los derechos más preciados del hombre; por lo tanto, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente.
“Estados Unidos seguirá defendiendo la valiente y necesaria labor de los periodistas de todo el mundo”, expresó ayer Antony Blinken, secretario de Estado de los EE.UU., en un mensaje que compartió la Embajada norteamericana en Paraguay. Casualmente, el respaldo de Washington se da ante amenazas del cartismo a la prensa.
Luego de las recientes advertencias e indicios de intentos de amedrentar a la prensa, la Embajada de Estados Unidos compartió un contundente mensaje del Secretario de Estado, Antony Blinken. Prometió defender la labor de los comunicadores.
La libertad de prensa molesta a los poderosos que tienen algo o mucho que ocultar, razón por la que buscan coartarla por la fuerza o manipulando las leyes y las instituciones. El primer método es propio de las dictaduras, en tanto que al segundo se recurre en países como el nuestro, en el que formalmente rige el sistema democrático, pese a la vocación autoritaria que suelen exhibir quienes ejercieron o ejercen el poder. Uno de estos que parece ser de los incurables prepotentes es el señor Horacio Cartes, titular de la ANR, a cuyo servicio aparenta haberse puesto el Ministerio Público para imputar al expresidente de la República Mario Abdo Benítez y a exfuncionarios, por la supuesta comisión de varios delitos cometidos para desprestigiarlo como político y empresario, en perverso contubernio con periodistas innominados de este diario y de otros medios de prensa.
Debe ser frustrante para un dictador o aspirante a dictador de un país como Paraguay haber podido concentrar la gran mayoría del poder institucional en sus manos, pero no poder dominar lo que publican y difunden los medios de prensa en lo que la mayoría de los habitantes confía.